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Fay Wray fue la primera rubia que enamoró al simio gigante, allá por 1933, el cebo que lleva a la isla de Calavera un director de cine sin escrúpulos que quiere filmar a ese ser que sobrevive entre animales prehistóricos. Para los efectos especiales se utilizó el 'stop-motion' y, tras la cámara, estuvieron Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack.
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King Kong, desde 1933 de la Isla de Calavera a Nueva York

Ocho películas en las que se enfrenta con otros monstruos componen la filmografía del gorila gigante más famoso del cine

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