Harto de demagogos
Reconozco que las declaraciones del eurodiputado polaco Janusz Korwin-Mikke están consiguiendo que cambie mis más profundas convicciones de lo que debe de ser un Parlamento. Si bien hasta ahora opinaba que esta institución debería reflejar las diferentes opiniones y sentimientos de los ciudadanos de un determinado país o región, ahora pienso que no todos deberían tener derecho a estar presentes. Si nadie ve lógico que maltratadores, violadores o asesinos estén representados en un Parlamento, ¿por qué debemos dar cabida a racistas y machistas? Supongo, siguiendo los argumentos demagógicos de este señor, que estará de acuerdo en que los ciudadanos de raza negra cobren más que los de raza blanca, a fin de cuentas, en los Juegos Olímpicos siempre quedan en los mejores puestos, aunque sospecho que esta propuesta no le terminaría de convencer. Es una lástima que una parte de mis impuestos vaya destinada a pagar el sueldo de personas como él, y eso, si que debería de ser objeto de debate.— Rafael Soto Santos. Madrid.