Bella Hadid, la chica que no sonreía en las fotos
La pequeña de las hermanas destrona a Gigi y triunfa en las pasarelas
“Que alguien me pellizque”, escribió Bella Hadid en el pie de foto de una imagen que subió a su cuenta de Instagram (en la que tiene casi 11 millones de seguidores) el pasado 14 de febrero; en ella aparecía retratada con el sofisticado vestido negro con el que cerró el desfile de Oscar de la Renta. En el frenético mes de las semanas de la moda, la modelo está encadenando un show detrás de otro; Chanel o Givenchy en la Alta Costura; Fendi o Moschino en Milán; Alexander Wang o el mencionado De la Renta en Nueva York... Y cuando el 28 de febrero comience la cita parisina, la más prestigiosa del calendario, se sumarán nuevos nombres a la lista.
Apenas llevamos dos meses de 2017 y ya hay suficientes indicios como para aventurar que la hermana pequeña de Gigi Hadid se va a coronar como la modelo del año. Porque si su predominio sobre las pasarelas es llamativo, lo es aún más la carrerilla que está tomando como imagen de las numerosas marcas que se la disputan como reclamo. Hasta la fecha, Bella ha protagonizado las campañas de primavera de Fendi, Moschino, Zadig & Voltaire, Riccardo Tisci para NikeLab y DKNY. Además, acaba de fichar como embajadora de la firma relojera Tag Heuer y de la línea de accesorios de Bulgari. En la industria se considera que una maniquí no alcanza el estatus de supermodelo hasta que no logra un contrato de cosmética, pero esa casilla Bella la tachó hace meses, cuando se anunció su fichaje como imagen del maquillaje de Dior.
Desde que en 2014 la reclutó la agencia IMG, una de las más influyentes de la industria, todo ha sucedido a cámara rápida. Bella entró en la foto como la hermana de cabello azabache de la perfecta chica de Malibú que encarna Gigi, sólo un año mayor que ella. El público en seguida repartió papeles: Gigi era la alegre y Bella, que ha confesado en varias ocasiones lo difícil que le resulta sonreír ante la cámara (ni siquiera en el desfile de Victoria's Secret lo hizo), la misteriosa.
Pero quienes han trabajado con ellas aseguran que ambas son igualmente encantadoras. "Creo que es algo muy importante –afirmó Bella en una entrevista en el portal Fashionista–, porque al final del día la gente te puede considerar o una zorra o una persona agradable”. Entre sus portadas más recientes están el último Teen Vogue, donde aparece con su mejor amiga, la cantante Jesse Jo Stark (y donde, para que conste, sí que sonríe), y el nuevo CR Fashion book de Carine Roitfeld.
Nacida en Los Ángeles hace 20 años, Bella es la segunda hija que el magnate inmobialiario de origen palestino Mohamed Hadid tuvo con la modelo holandesa Yolanda van den Herik. Iba para amazona hasta que, tras ser diagnosticada con la enfermedad de Lyme (una dolencia crónica transmitida por la picadura de las garrapatas que también padecen su madre y su hermano pequeño), tuvo que abandonar la equitación y se trasladó a Nueva York para estudiar fotografía en Parsons, aunque no pasó del primer trimestre. Su estilo personal, con guiños al grunge y una especial querencia por vestidos tan imposibles de llevar como reveladores, la han convertido también en una estrella del llamado look model off duty, y se la considera la musa del diseñador Alexandre Vauthier, el creador del vestido rojo más fotografiado del último festival en Cannes.
Además, ha protagonizado varios cortos de moda, y en el futuro no descarta actuar. "Pero no quiero hacerlo a medias –aseguró a Elle–. Pretendo dar el cien por cien como modelo todo el tiempo que dure, y cuando sea el momento de pasar a otra cosa, me encantaría intentarlo”. En el vídeo con el que anunció su fichaje por Tag Heuer, la top afirmó que en 2016 se había pasado 1.500 horas subida a tacones de 15 centímetros y que en los desfiles se había cambiado de ropa 34 veces en menos de diez segundos. Esperen a oír las cifras de 2017.
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