¡No sin su móvil!
Viernes por la tarde. Tienda de telefonía móvil. Hago cola para que me atiendan, pero esta no avanza. El motivo: una chica de unos 12 años llora desconsoladamente. La madre intenta calmarla mientras la dependienta, visiblemente agitada, hace cuanto puede para atajar el llanto. Realiza llamadas a diestro y siniestro, recurre a otras trabajadoras de la tienda para pedirles consejo. Afinamos el oído: por lo visto, la desventurada muchacha va a tener que pasar el fin de semana sin su iPhone. A punto estuvimos todos de unirnos al llanto.— Jaime Molina Lizana. Marbella (Málaga).
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