El cambio climático no es divertido
Nevar no es divertido. Los vídeos con quitanieves en Denia, tampoco. Ni los memes, ni los reporteros tiritando. Todo ese recreo mediático en el frío me molesta porque estamos haciendo bromas y disfrutando de las consecuencias de un desastre. El desastre sucedió el 17 de noviembre de 2016. Un día que quisiera que recuerden de forma abreviada: el 17-N. Ese día en el Polo Norte hizo 20 grados más de lo normal. Una diferencia térmica que no es un Guiness, sino una condena a muerte. ¿Les suenan los osos polares, las belugas, las morsas, los pingüinos frailecillo? Todos esos animales se están muriendo. El Polo Norte desaparece. ¡Desaparece un hábitat entero del mundo! La distancia moral hacia un desastre marca qué es divertido y qué es indignante. Ningún medio habla preocupado. Ningún medio ve con temor los quitanieves, los memes, los reporteros tiritando. Los medios enseñan las consecuencias amables y no las causas de este desastre. Claro, las causas son incómodas. Somos usted y yo contaminando. Y tirando bolas de nieve uno se olvida de todo eso.— Nereida Bueno Guerra. Barcelona.
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