‘Mira quién habla’ | ¿Recomiendas la paternidad?
Cuando te conviertes en el orgulloso progenitor de una criatura, ves que existe una segunda parte de la preguntita comodín: ¿Qué tal esto de ser padre?
Cuando éramos pequeños y algún adulto se veía obligado a darnos conversación, solía usar el comodín mágico de “¿Qué tal el cole? ¿Sacas buenas notas?”. Con los años, cuando te conviertes en el orgulloso progenitor de una criatura, ves que existe una segunda parte de la preguntita comodín: “¿Qué tal esto de ser padre? ¿Lo recomiendas?”.
Esta simple pregunta, que igual la sueltan porque ya han comentado que hace frío y que Trump la va a liar parda, tiene varias implicaciones y derivaciones problemáticas.
La primera es considerar que se puede recomendar la paternidad como el que te dice que pruebes la nueva pizza de 6 quesos o que veas La-la-Land, que es muy alegre y Emma Stone es lo más.
Y la segunda es que nunca sabes si lo preguntan para darte turno de palabra, pensando que si estás todo el día con la criatura no tendrás vida social ni otros temas, o si realmente necesitan tu opinión experta para decantarse por la opción “añadir al carrito”.
Demasiada responsabilidad para mí y para ellos.
Y es que la gran mayoría de nuestros amigos, conocidos y saludados están entre los treinta-y-algo y los cuarenta-y-pocos, y ya sienten la presión biológica y social.
Como muchos, yo he metido la pata varias veces, felicitando embarazos a mujeres que simplemente llevaban un vestido que les hacía bolsa de canguro y preguntando como un tonto a mis amigas lo de “¿vosotros para cuándo?”. Pero la vida y las miradas de mi mujer me calmaron y ahora estoy demasiado concienciado. Tanto que a veces me sabe mal llevar a nuestra hija cuando quedamos con gente.
Nos pasaríamos el día con ella y nos encanta que los amigos se rían con ella porque es muy graciosa. Pero con la presencia de esa personita que nosotros ya tenemos y ellos aún no, no queremos crear un efecto mariposa de esos que acaban provocando un tsunami.
Nos agobia pensar que después de la quedada, en un montaje paralelo a lo George Lucas, nuestros amigos vuelvan a casa pensando “vamos tarde, sólo faltamos nosotros para ser padres” o “si no tengo hijos no me sentiré completo y mis gatos devorarán mi cadáver…”, porque, aunque a nosotros nos encante, la paternidad no es ninguna obligación del BOE.
Además, algunos tienen parejas nuevas, que vienen con churumbel incorporado, y otros están solteros en modalidad “busca y captura” del hombre o mujer de su vida y bastante tienen con gestionar el Tinder y las citas a ciegas que le montan los demás, como para ir preguntando a media primera cena romántica: “¿Tú quieres niños? Porque según lo que digas ya no me quedo ni al postre”.
Y encima, cuando preguntan no sé si esperan que les cuente lo malo para quitarle las ganas a su pareja o que refuerce la felicidad infinita que es abrazar a tu bebé.
Así que ahora cuando me preguntan “¿Me recomiendas la paternidad?” contesto “¿Ya has visto La-la-land?”
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