El empollón rapero que se volvió viral y gira por Oriente Medio
Harry Baker es una de las mayores estrellas del spoken word. Vive de lo que más le gusta: jugar con las palabras
Aunque estudió para matemático, Harry Baker siempre tuvo claro que su futuro estaría ligado a las palabras. Comenzó rapeando con unos amigos en el instituto, en 2012 se convirtió en el vencedor más joven del Campeonato Mundial de Poesía y, solo dos años después, su charla en las TED Talks, Un poema de amor a los solitarios números primos, le granjeó un impacto mundial y millones de plays en Internet. Se convirtió en toda una estrella del spoken word, un tipo de performance que podría traducirse como 'palabra hablada' y que él define así: "Es exactamente lo que suena. Poesía para ser leída en alto. Puede ser una narración, un rap a capela o todo lo que hay entre esas dos cosas".
«No hay otro género que ponga más atención en las letras que el hip-hop»
Hablamos con Baker en Londres con motivo de su colaboración con la marca Wrangler, para la que ha escrito un poema titulado Wild way home, inspirado en su última campaña, y que el poeta nos recita en medio de las calles de la capital británica. Más que un poeta, Baker parece un rapero, pero sin música. "Las dos cosas se solapan, no se puede decir que todo el spoken word es rap o al contrario. Pero sí que hay una pasión compartida por el lenguaje, por cómo suenan las palabras. No hay ningún otro género que ponga más atención en las letras que el hip-hop", cuenta.
Con un libro publicado en 2014 en el que narra su propia historia, The sunshine kid, el estilo de Baker es tan personal como con un claro punto humorístico. De hecho, quizás ese haya sido el secreto de su éxito. "El punto en común es que haya una honestidad e integridad en todo lo que hago. Pero me gusta hacer reír a la gente. Aunque estés haciendo algo serio, puedes echar abajo muchas barreras y ser más accesible", resalta.
El año que viene Baker saldrá de gira por el Reino Unido y, poco después de hablar con nosotros, viajó para presentar su poesía a un destino tan inesperado como Omán. Con apenas 24 años ha conseguido algo casi impensable: que la poesía sea su modo de vida. "Estoy encantado de poder dedicar todo mi tiempo a esto. Pero, incluso si no pudiese, sé que seguiría escribiendo y actuando. Se ha convertido en parte de lo que soy"
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.