6 fotosUn 2016 vacíoRepública Centroafricana cierra otro año siendo una de las crisis más olvidadas del mundo. Tan sólo se ha cubierto un 35% del llamamiento de Naciones Unidas 05 ene 2017 - 08:45CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlace La violencia estalló en diciembre de 2013 cuando la coalición rebelde Seleka llevó a cabo un golpe de Estado en la capital, Bangui. Como consecuencia de ello, el entonces presidente, François Bozizé, huyó a la República Democrática del Congo y Michel Djotodia se proclamó el nuevo presidente en ese momento. Milicias anti Balaka se formaron en respuesta a los ataques de las milicias Seleka y desde entonces la violencia se ha convertido en parte de la vida cotidiana de la población.Pablo ToscoCeline Yandoma, recogiendo agua en un punto de distribución gestionado por Oxfam. Tiene 35 años y tres hijos. Huyó de su casa en Batanagafo cuando la milicia Seleka entro en su barrio quemó su casa y mató a su marido.Pablo Tosco (Oxfam)Un grupo de mujeres llena sus bidones con agua en el punto de distribución gestionado por Oxfam en Batangafo. RCA es una de las crisis más olvidadas del mundo, solo se ha enviado el 35% de la ayuda de emergencia requerida por las Naciones Unidas.Pablo Tosco (Oxfam)Celine buscó refugio en el campo de personas desplazadas de Batangafo. Unas 25.000 personas se encuentran alojadas desde hace tres años en este campo a las afueras de la ciudad de Batangafo. Los enfrentamientos entre las milicias Ex Seleka, Anti Balaka y Peuls provocaron la huida de miles de personas que encontraron en la cima de esta colina un lugar seguro.Pablo Tosco (Oxfam)Un grupo de vecinos y vecinas del barrio de Bloc Sara limpiando de malezas en los alrededores de las ruinas de sus casas. Cuando la violencia mengua dejan el campo de desplazados de Castor y se dirigen al barrio para intentar mantenerlo limpio. La crisis politico-militar del 5 de diciembre de 2013, generada por una brutal espiral de violencia entre milicias Seleka y Anti Balaka dejó miles de muertes y causó el desplazamiento de casi un millón de personas, que aún siguen fuera de sus casas, en la República Centroafricana.Pablo Tosco (Oxfam)Celine, al otro lado de la ventana de una de las precarias viviendas de Batangafo.Pablo Tosco (Oxfam)