Campaña contra el botellón
Sinceramente, esa y otras campañas deberían dirigirse a los padres, ya que claramente se les ha olvidado —si es que alguna vez han sido conscientes de ello— que tienen el deber y la obligación de educar a sus hijos. En un asunto como el botellón, por supuesto, pero igualmente en el respeto a los mayores, a los profesores, los bancos y parques, los asientos del metro (entre otros) reservados para minusválidos y otras personas que realmente los necesitan; decir buenos días y adiós, por favor y gracias; no atropellar a peatones con monopatines, bicicletas y demás en las aceras, y muchas cosas más que podríamos mencionar. No es cuestión de vigilancia de la policía ni de más reglamentos ni de penas endurecidas. Es eso: educación.— Geneviève Bauer.
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