El casco ya no es problema

Moverse en bicicletaya no es solo cosa de domingueros o ganadores del Tour de Francia. Es un hecho: cada vez más personas usan este medio de transporte para desplazarse por las ciudades. En Copenhague, la capital de Dinamarca, por ejemplo, casi todas las grandes calles y avenidas disponen de carril bici. Tanto es así que se cree que el primero de ellos se construyó en 1892. Una ciudad pensada desde hace siglos para la bici. Pero no la única. Para comprobarlo, basta poner los pies en los pedales y darse una vuelta por las principales capitales de Europa. Según uno de los últimos eurobarómetros, la media europea del uso de la bicicleta como medio de transporte en su movilidad diaria era del 7,4%. Una cifra que en Holanda llega hasta el 31,2%, en Bélgica al 13,4% y en Alemania al 13,1%. La capital danesa, por su parte, está catalogada como la ciudad más bikefriendly del mundo.

Pero tampoco hay que menospreciar la estética. Precisamente, para salvar este hecho, la empresa Closca ha creado uno de los cascos más avanzados del mercado en cuanto a diseño y funcionalidad: Closca Fuga. Un casco plegable y personalizable, que puede reducirse más de un 50% de su volumen y que permite, además, combinarlo con complementos de lana para el invierno y esos días más fríos. O con visores más coloridos para el verano. A todo esto hay que añadir su sistema de ventilación: el casco de Closca no tiene esas aberturas tan habituales de otros cascos, de manera que ofrece una protección extra contra las lluvias y las insolaciones que puedan darse en cualquiera de esas ciudades europeas donde las bicicletas son algo más que un elemento decorativo.

Pero el principal valor del casco es la portabilidad, el estilo y la seguridad. Gracias a ello el 56% de sus clientes usan por primera vez un casco. Closca Fuga es el casco diseñado para la ciudad, que pasa a ser no sólo un accesorio de seguridad, sino un elemento de moda. Ha conseguido convertir un engorro, llevar casco, en algo que apetece hacer.

La estética, eso sí, va a juego con la seguridad. Existe la posibilidad de personalizar este casco con un visor reflectante para ser visto más fácilmente por los coches y el resto de peatones. Aunque en caso de accidente, su diseño y sus materiales impedirían que el casco se pliegue, protegiendo ante cualquier impacto. Todo esto explica, tal vez, por qué con solo dos años de vida, Closca ha conseguido vender en medio mundo -uno de sus mercados estrella es EE UU- y por qué también esta empresa valenciana se llevó en 2015 el Red Dot Award. O lo que es lo mismo: el premio más importante del sector del diseño. Tampoco parece casual su emplazamiento: Valencia es una de las ciudades de España más amigables con la bici junto con otras como Barcelona, Sevilla o Vitoria-Gasteiz. Porque aquí también cada vez más gente pedalea para llegar al lugar donde le esperan: la mitad de los españoles usan la bici con alguna frecuencia y uno de cada 10 la utiliza a diario, según el Barómetro de la Bicicleta de 2015 elaborado por la Red de Ciudades por la Bicicleta. Qué menos que ir bien equipado y seguro.