El vídeo de un asesinato
El vídeo del asesinato del embajador ruso en Turquía a mano de un hombre armado es atroz. El embajador recibe unos disparos y se desploma al suelo. Las cámaras siguen grabando. El asesino lo sabe: busca el objetivo, reivindica sus actos frente a la audiencia mundial. Es lo que busca. Y vuelve el debate de siempre frente a estos actos violentos/terroristas. Para algunos, el derecho/deber de informar tiene prioridad sobre cualquier otro tipo de consideración ética. De hecho, no sería ético ocultar u omitir. Es preciso concienciar sobre la violencia, sensibilizar acerca de la necesidad de evitarla. Para otros, mostrar esas imágenes solo contribuye a que se difunda el pánico y podría provocar nuevos actos violentos por parte de emuladores animados por la repercusión mediática que logró el asesino. Quizás la visión de un cuerpo sin vida, tirado en el suelo, nos pueda ayudar a comprender las razones que guiaron la mano enferma de su verdugo.— F. Saverio Angiò.
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