El dilema del socialismo europeo

Más allá del drama de la abstención subyacen preguntas que todo partido socialista europeo se hace o se hará en el futuro próximo. ¿Debe el centroizquierda reafirmarse como garante de un sistema en crisis, o debería adherirse al clamor de “la nueva izquierda” por una revolución en las instituciones aún a riesgo de ser fagocitada por el populismo? ¿Debe ser el soporte de Gobiernos liberales y prosistema o debería defender Gobiernos reformadores y de vocación social (o populista)? ¿Se deberían defender términos como Europa y globalización o vocablos como soberanía y proteccionismo? Y lo que resume todo lo anterior, ¿debemos convertirnos en partidos en contra del sistema guiados por el malestar general, o se debería construir una nueva socialdemocracia al margen de fuerzas reaccionarias? Corremos un gran riesgo al contestar a estas preguntas, pues podemos diluirnos en ese nuevo progresismo revolucionario o, por el contrario, ser definidos como “socialismo tradicional”, binomio incompatible e irreal.— Raúl Iturbe Calderón. Bilbao.