8 fotos
¿Sabía que sus tiritas caducan? Usar poco el alcohol sanitario, las tiritas y el agua oxigenada es motivo de alegría, pero de ahí a dejar que cojan telarañas en el cuarto de baño dista un mundo “Al ser de alta graduación (96 grados), su vida útil puede superar cinco años, siempre y cuando se conserve cerrado y no se haya contaminado al utilizarlo”, matiza Vicente Javier Baixauli. Según el documento ‘Antisépticos y desinfectantes’, de la farmacéutica Elisabet Font, el alcohol es eficaz contra las bacterias, pero no es activo frente a esporas y tiene una acción variable sobre virus y hongos. Esto quiere decir que puede contaminarse con gérmenes sobre los que no es eficaz. “Por eso se recomienda no quitar el dosificador al utilizarlo, para evitar que pasen elementos extraños al contenido. Y tampoco que entre en contacto el dosificador con la piel o la herida”, aconseja Baixauli. Aunque no suelen llevar fecha de caducidad, sus propiedades adhesivas se desvanecen con el tiempo: "Su vida útil suele llegar hasta los cinco años, a partir de aquí pierden el adhesivo", aclara Vicente Baixauli. En su solución al 10% (la más común), su vida útil es de 36 meses, según algunos fabricantes . Su principio activo, el yodo, condiciona la eficacia del producto en el tiempo, ya que se oxida al contacto con el aire. “Una vez abierto el envase, va perdiendo efectividad. Depende mucho de las condiciones ambientales en las que se conserve y del tiempo que lleve abierto. Por ejemplo, a temperatura alta (más de 25 o 30º C) se deteriora antes”, advierte Javier Baixauli. Una opción más práctica, aunque también más cara, es adquirirlo en unidosis de usar y tirar. La gran ventaja de este antiséptico es que suele presentarse en espray, un tipo de envase más higiénico, que evita el contacto entre el producto y la herida, por lo que el contenido se deteriora menos en el tiempo. Los inconvenientes que presenta, según el vicepresidente de SEFAC, es que una vez abierto, hay que conservarlo a menos de 25º C, y que no es eficaz frente a las esporas de los gérmenes, lo cual significa que pueden volver a reproducirse. Según la especialista en farmacia hospitalaria Nekane Bilbao, los preparados que contienen alcohol aumentan su potencia. “No se debe usar más allá de la fecha de caducidad porque no se garantiza la eficacia, aunque no será tóxico”, apunta José Manuel López Tricas, farmacéutico especialista en farmacia hospitalaria y titular de la farmacia Las Fuentes, en Zaragoza. Su vida útil media es de tres años, aunque puede variar dependiendo del laboratorio que lo fabrica, apunta Baixauli, vicepresidente de la SEFAC. Contiene peróxido de hidrógeno y agua. “Su acción desinfectante consiste en oxidar las proteínas de la herida y también las de los gérmenes, por eso es importante lavar antes la lesión para eliminar suciedad y que el producto ataque mejor al germen”, explica Baixauli. Esta reacción con las proteínas es visible: se forma una espuma blanca. Y es también un signo orientativo para saber si el producto aún conserva eficacia: “Si al echar un poco en la herida, vemos que produce esa reacción, quiere decir que todavía contiene peróxido de hidrógeno y que se puede utilizar”, orienta este experto, según el cual tiene una vida útil media de hasta cinco años. Puede guardarse hasta dos años sin abrirse, plazo variable en función de la composición, ya que "en este producto la variedad de principio activo es mayor", advierte Baixauli. Una vez se abre, la cosa cambia, debido a su esterilidad: “Todos los colirios para el ojo, por ley, deben ser estériles. Su contenido está calculado para unas dosis determinadas de uso y lleva un conservante para que sea estéril durante ese tiempo. De manera que, una vez abierto, hay que consumirlo en un mes”, señala el farmacéutico y vicepresidente de SEFAC. Vicente Baixauli también matiza que existen colirios de reciente aparición con una vida más larga, ya que pueden utilizarse hasta seis meses después de abiertos, gracias al diseño del envase que impide la contaminación del contenido, pero están indicados solo para sequedad ocular. Su composición se basa en agua y sal (cloruro sódico), y dura dentro de su recipiente sin abrir hasta cinco años, según Baixauli. "Una vez abierto, no es que se deteriore su composición, sino que pierde la esterilidad”, aclara José Manuel López Tricas. Por esta razón, los expertos recomiendan utilizarlo en monodosis de usar y tirar. Existen botellas de un litro y de medio litro, más económicas, sin embargo, tal y como aconseja Baixauli, “no deberían utilizarse como uso doméstico porque hay más riesgo de contaminación”. En cuanto a longevidad, vence el paracetamol (cinco años) al ibuprofeono (tres). La clave reside en no sacar los comprimidos del blíster. “Una vez abierto, el contenido se deteriora al contacto con el oxígeno. Hay que tomarlo en la dosis y tiempo recomendado por el fabricante”, concluye Vicente Baixauli.