Pop into Berlin: el mercadillo de vanguardia alemana con la discoteca más pequeña del mundo
Tazas de café hechas con sus propios posos, ropa 100% vegana, cabezas de Tiranosaurio Rex, ropa retro-vintage, una 'Teledisco'... Malasaña reúne esta semana lo mejor de la moda, el diseño y el arte de la capital berlinesa
Ser moderno es muy cansado (que no cansino). Agotador, en serio. Cuando uno ha estado en un restaurante vegano que es la caña, el hipster ya lo ha tripadviseado y para cuando le comentas que hay una nueva fiesta en la sala "Tal" te contesta que la fiesta está ahora en la sala "Pascual" porque ya no van más que los losers. En serio, muy difícil llevarles el ritmo.
Pero hete aquí que en no siendo yo un trendsetter como ha quedado bastante claro en el párrafo anterior, me entero de que el lunes 7 abre sus puertas en Malasaña un evento con rollito berlinés, capital de la vanguardia, epicentro de lo próximo, epítome de todo lo cool y la ciudad de donde viene de lo superior, léase, la electrónica poderosa, el porno duro y la Currywurst. ¡Supera eso, París!
Pop into Berlin comienza el 7 de noviembre y acaba el 12, se presentará primero como un store y del 13 al 19 estilo club
POP INTO BERLIN (a partir de ahora 'Popíntu') es un evento que abre sus puertas el lunes 7 de noviembre en La Industrial (Calle de San Vicente Ferrer, 33) y que trae a la capital una veintena de diseñadores berlineses para que puedas ver lo que se cuece en el país homónimo sin necesidad de ir hasta allí. O sea, que te sale más barato que un billete de Lufthansa, te ahorras el Airbnb y encima no tienes que hacer esa colas de embarque más tediosas que una película de Terrence Malick.
Rebuscando en la programación del Popíntu encontramos joyitas varias. A saber: una diseñadora barcelonesa (Raki) que vive en Berlín y sus diseños se definen entre la extravagancia vintage y el 'no hay cojones'; un tipo que se ha dado la vuelta al mudo buscando la bolsita de té perfecta; unos coleccionistas de huesos que tienen tantos que se han montado un museo (el Naturkundemuseum) del que se traen la cabeza de un Tiranosaurio Rex para que te hagas fotos molonas y fardes en Instagram; unos tipos que hacen unas palomitas gourmet tan buenas que convierten Fast & Furious en Taxi Driver; unos chavales que son tan del reciclaje (ya se sabe que Berlín es la capital de “dame un cacho cartón y te monto el Bundestag” que hacen tazas con posos de café, (el metacafé); una firma de moda tan respetuosa con los animales que todos los diseñadores son veganos. Junto a todo esto, añadimos la discoteca más pequeña del mundo.
Se trata de una cabina de teléfono acondicionada con un listado de canciones, luces de neón y niebla (¡so 80's!) para que bailes como si nadie te viera. De hecho no te ve nadie, tiene los cristales ahumados. Tú pides tu tema, entras, chapas, y le das a los botoncitos de niebla, neon y láser hasta que te sangren los ojos. La Teledisco, así se llama el invento, ha recorrido más mundo que Jesús Calleja y el Papa Francisco juntos, y Londres posee el récord de mayor cantidad de gente bailando dentro: nueve personas.
Popínto comienza el 7 de noviembre y acaba el 12, se presentará primero como un store y del 13 al 19 estilo club. O sea, que la primera semana es más mercadillo berlinés y la segunda es una serie de charlas y actividades relacionadas con la cultura del reciclaje, la intervención urbana, el videoarte y la experimentación musical.
Además, esta semana se cumplen 27 años de la caída del muro de Berlín, que a ellos ya les da un poco de perezón porque le suena como a nosotros la transición, la movida madrileña o el juicio por el aceite de colza adulterado, y el miércoles 9, por el aniversario, te invitan a desayunar berlinas (bollerío propio de la ciudad). Resumiendo, POP INTO BERLIN viene para desmontar algunos tópicos de la ciudad y mostrar el Berlín más alternativo; el que mola, al que iría mi colega ese tan moderno...
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