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Dormir en el castillo de Drácula El castillo de Bran es una fortaleza medieval que se alza en Transilvania (Rumania) y que inspiró a Bram Stoker en su novela El conde Drácula . Ahora, 70 años después, una pareja podrá pasar la noche de Halloween en sus aposentos gracias a Airbnb El Castillo de Bran, popularmente conocido como el 'Castillo de Drácula', es uno de los puntos turísticos más importantes de Rumanía, además de monumento nacional, debido a la creencia de que allí habitó algún día Vlad Tepes. En la imagen, el castillo se sitúa en la cima de la montaña. Andreea Alexandru (AP) Vlad Tepes, conocido como Vlad el Empalador y nacido como Vlad III Drăculea, fue un príncipe del sur de Rumanía entre 1456 y 1462 que sirvió a Bram Stoker para la creación de su personaje Drácula. Aunque Vlad Tepes nunca vivió en el Castillo de Bran, sino en el Castillo de Poenari, Stoker se inspiró en el primero por su similitud. En la imagen, un retrato de Vlad Tepes cuelga de una de las paredes del Castillo de Bran. Andreea Alexandru (AP) El castillo dispone de 60 habitaciones a las que se accede a través de estrechas escaleras. Muchas de estas habitaciones están conectadas por pasajes subterráneos. En la imagen, escaleras que conducen a una de las habitaciones del castillo. DANIEL MIHAILESCU (AFP) Vlad Tepes también era aficionado a otros métodos de tortura como la amputación, el estrangulamiento y la castración, entre otros. En la imagen, instrumentos de tortura medieval son exhibidos en el Castillo de Bran. DANIEL MIHAILESCU (AFP) La estructura actual del castillo fue construida por órdenes del rey Luis I de Hungría en 1377, como defensa y punto de comercio. Tras la Primera Guerra Mundial, se firmó el Tratado de Trianon donde Transilvania fue cedida al Reino de Rumanía y con ello, también el castillo. En la imagen, una cena a la luz de las velas dispuesta en el comedor del Castillo de Bran, como parte de una sesión fotográfica. Andreea Alexandru (AP) Entre 1920 y 1957, el castillo funcionó como residencia real, ya que el pueblo de Brasov se lo regaló a la reina María de Rumanía. En la actualidad, es un museo turístico donde todavía se conservan los muebles y obras de arte de la reina. En la imagen, interior de una de las habitaciones del castillo. DANIEL MIHAILESCU (AFP) El castillo de Bran, que fue heredado por Elena de Rumanía, hija de la reina María, fue cuidado de forma intermitente, para finalmente pasar a convertirse en destino turístico tras la Revolución rumana de 1989. En la imagen, el exterior del castillo de Bran, construido en lo alto de una roca de 200 metros de altura. DANIEL MIHAILESCU (AFP) Vlad III Drăculea, además de ser famoso por su manera de castigar a los enemigos, fue un gran luchador en contra del expansionismo otomano que amenazaba Europa. En la imagen, varias armaduras son exhibidas en una habitación del Castillo de Bran. DANIEL MIHAILESCU (AFP) La revista Forbes (EE.UU) valoró el castillo en 140 millones de dólares, debido a los supuestos ingresos que su fama aportaría como destino turístico. No obstante, las autoridades no quieren potenciar el mito de Drácula y prohíben la explotación del castillo como parque temático. Actualmente, la familia Von Habsburg ha formado una sociedad con las autoridades para mantenerlo abierto al público. En la imagen, turistas visitan el patio interior del Castillo de Bran. DANIEL MIHAILESCU (AFP) Una turista saca una fotografía del árbol familiar de Vlad Tepes, que fue uno de los tres hijos legítimos de Vlad Dracul, conocido por sus hazañas contra los turcos otomanos. En 1444, con tan solo 13 años, Vlad Tepes fue entregado por su padre a los turcos junto a su hermano Radu, como muestra de garantía. Cuando volvió a casa, su padre y su hermano Mircea habían sido asesinados por la aristocracia. DANIEL MIHAILESCU (AFP) En la imagen, vista parcial del interior del patio del Castillo de Bran y las montañas al fondo. DANIEL MIHAILESCU (AFP) El Castillo de Bran iluminado en la noche. Andreea Alexandru (AP)