La esteticista de Kate Middleton asegura sus manos en 16 millones

Deborah Mitchell es esteticista y sus manos son su gran tesoro, por eso ella no puede abrir la puerta de su casa, tampoco puede sacar a pasear a sus perros sin guantes y abrir su correspondencia. Resultan medidas extravagantes y hasta absurdas pero esta británica, de 51 años, no se puede dar el lujo de poner en riesgo las herramientas que la han ayudado a crear su fortuna y por eso las ha asegurado por 16,7 millones de euros.

Como parte del contrato con la aseguradora Wolverhampton, la fundadora de Heaven Skincare y cosmetóloga de la casa real británica y de estrellas como Victoria Beckham o Gwyneth Paltrow, ha accedido a tomar medidas especiales para proteger sus manos de cualquier riesgo o daño por eso no puede realizar tareas básicas del día a día como utilizar cubiertos sin unos guantes especiales de seda.

Asegurar partes del cuerpo no es nada nuevo. Los futbolistas suelen hacerlo con sus piernas, los cantantes con su voz, los actores con su rostro y algunas modelos incluso aseguran su cuerpo entero. Siguiendo esta tendencia la esteticista de la duquesa de Cambridge y de Camilla Parker, accedió a dejar de tener una vida normal, con tal de proteger la integridad de sus manos. Según el Daily Mail, ella tampoco puede cocinar, manipular electrodomésticos, y si se le ocurre hacer alguna labor de jardinería debe utilizar guantes especiales y herramientas que eviten que sus manos tengan contacto con las plantas. Pero además, debe dedicar 30 minutos al día a realizarse masajes especiales con una cera y aceite especial que ella misma ha creado, sin olvidar una serie de ejercicios que debe realizar religiosamente tres veces al día.

Según ha detallado el portal Express & Star, Mitchell tomó esta decisión cuando su negocio de belleza comenzó a crecer y sus clientes se convirtieron en millonarios y famosos. “Puede resultar algo extraño para muchos, pero para mí es un gran negocio. Viajo por el mundo para cuidar a celebridades y a la realeza y eso no hubiera sido posible si mis manos estuvieran lastimadas”, ha dicho. Y es que ella es tan estricta que asegura que si llegara a tener una pequeña herida provocada con una hoja de papel, ella no sería capaz de recibir a un cliente hasta que sus manos estuvieran perfectas. “Sin mis manos yo no sería capaz de ganar dinero y de hacerme de nuevos clientes, lastimarme no es una opción”.

Y sabe perfectamente bien lo que podría perder si sus sagradas herramientas se lastimaran. “Hace unos 15 años me levanté a la mitad de la noche y en la oscuridad me provoqué una lesión en mis muñecas. Pasé seis meses con dolor en mis manos y fue allí cuando me di cuenta de que debía asegurarlas”, reveló. Y añadió que conforme pasa el tiempo y su negocio gana más nombre y reputación, su seguro también va aumentando.

Mitchell comenzó su negocio con apenas 17 años cuando se convirtió en una cosmetóloga a domicilio. Ahora es dueña y señora de un imperio que supera los 35 millones de euros .