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Tentaciones

La masculinidad ya no es solo cosa de hombres

Hablamos con los expertos que defienden que la masculinidad femenina existe y que no se centra en imitar a los varones. Para visibilizarlo, hoy 30 de septiembre, habrá un proyecto en Matadero Madrid bajo el nombre “Cultura Tomboys, Marimachas, Trans, Bedesemera”

Que la masculinidad no es (o no solo) una cosa de hombres es algo que sabemos pero que no siempre recordamos. Marimacho, camionera o tomboy (el término en inglés) son, aún a día de hoy y de manera frecuente, una forma despectiva de referirse a una mujer que se identifica con aspectos históricamente propios de hombres. La de la tomboy también es una estética y bastante de moda (mirad si no a la modelo Alba Galocha paseándose por el Festival de San Sebastián). Pero, por fortuna, y además de todo lo anterior, la de marimacho es una identidad (entre otras), una forma (política en muchos casos) de estar en el mundo.

“La masculinidad femenina no es una moda sino experiencias propias, que no imitan a los varones, y que tienen un lugar concreto en nuestra cultura”

Dentro de la teoría de género, el camionerismo (perdonadme el invento) se analiza bajo la etiqueta de masculinidad femenina, es decir, “mujeres” (con todos los prefijos y comillas que queráis ponerles) que se comportan como “hombres” (añadidles todos los prefijos anteriores) pero que no tienen por qué definirse como lesbianas. “La principal contribución del término ‘masculinidad femenina’ es fijarse en que la masculinidad no es algo que les pertenece a los hombres en exclusiva y que existen expresiones de masculinidad encarnadas en quienes fueron reconocidas en el nacimiento como mujeres”, describe Lucas Platero, docente e investigador del proyecto VOSATEC, CSIC. “La masculinidad femenina no es una moda ni algo actual sino que son experiencias propias, que no imitan a los varones, y que tienen un lugar concreto en nuestra cultura”, apostilla.

El término, analizado y estudiado en profundad en el libro de título homónimo de Judith/Jack Halberstam (publicado es español por la editorial Egales y del que saldrá una reedición este otoño) no suena tanto como debería. Y, de la misma forma que "la pluma", la masculinidad (bien empleada) también puede ser una forma de luchar contra el machismo y cuestionar los códigos heteronormativos.

A Mary-Kate, apellidada Burke en la serie 'Cosas de gemelas', la llamam 'marimacho' por gustarle mucho los deportes.
A Mary-Kate, apellidada Burke en la serie 'Cosas de gemelas', la llamam 'marimacho' por gustarle mucho los deportes.Cordon

Para reivindicarlo y visibilizar una cultura infrarepresentada, Matadero Madrid acoge la jornada “Cultura Tomboys, Marimachas, Trans, Bedesemera” organizada por el colectivo Toxic Lesbian. Durante la misma se proyectará el documental “Tomboys, Marimachas, Trans, Bedesemeras” en el que ha participado Leticia Rojas Miranda, una estudiante de doctorado cuya tesis gira en torno a la transexualidad y migración y que ella misma se define como “una activista de cuerpo ambiguo y sexualidad racializada disidente”. Con su aspecto, Rojas busca cuestionar las políticas heteropatriarcales desde una posición corpo-política. “No hay una sola percepción por parte de la sociedad, existen varias percepciones institucionales y sociales que fijan fronteras que excluyen y discriminan a los cuerpos y a las sexualidades disidentes”, asegura.

De masculinidad femenina saben un rato las Cabello/Carceller. El colectivo artístico, presente estos días en el IVAM de Valencia con la pieza 'Lost in transition_un poema performativo',que lleva más de 20 años desmontando el concepto de lo masculino a través de sus obras. Como en el caso de Leticia, su trabajo también parte de la premisa de que lo personal es político.“Somos arte y parte. Nos dimos cuenta de que si queríamos hablar de otros temas a los habituales en el mundo del arte, debíamos ser nosotras las que lo propusiéramos. Así que, empezamos a trabajar en cuestiones de género porque nosotras formábamos parte de ello”.

Las artistas, que el año pasado representaron a España en la bienal de Venecia, también coinciden en la falta de visibilidad de la cuestión. “Cuando empezamos a trabajar como artistas, no teníamos un imaginario o unas poéticas que nos representaran. Sencillamente, no estábamos. Así que, nos propusimos dar un empujón de visibilidad”, cuentan.

Epígrafe 1.

“Cultura Tomboys, Marimachas, Trans, Bedesemera”

Viernes 30 de septiembre. De 18:00 a 22:00. Matadero Madrid.

“Cuando empezamos a trabajar como artistas, no teníamos un imaginario que representar. Sencillamente, no estábamos"

La jornada está organizada por el colectivo Toxic Lesbian y busca trascender la teoría y dar visibilidad a las múltiples versiones de la masculinidad femenina que se dan en Madrid. Además del documental, habrá una manifestación que contará con la participación de la 'Batucada Que Entiende', una escuela de percusión brasileña para mujeres, y con un debate entre diversos colectivos y activistas entre los que estarán, además de Leticia, Patricia Louro, que aportará el punto de vista de las prácticas BDSM; el grupo de mujeres lesbianas, visibles y socializadoras de la asociación COGAM, y Alex Moreno, presidente de la asociación por la visibilidad de los chicos trans, ‘El Hombre Transexual’.

Epígrafe 2.

“Lost in Transition_un poema performativo”

Hasta el 15 de enero. IVAM Institut Valencià d'Art Modern, Valencia.

El colectivo Cabello/Carceller presenta un vídeo grabado en la escalera del IVAM, un lugar tradicionalmente de paso, en el que varias personas de la ciudad reinterpretan y juegan con diferentes roles sexuales. “La idea era ocupar la escalera y equipararla a lo trans, en el sentido de que no es algo que está en medio, que viene de un origen equivocado y busca un destino correcto, sino que es interesante habitar los espacios intermedios donde las identidades fluyen y no están tan definidas”, describen las artistas.

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