Igual es un paleto y no lo sabe

Puede pasarle a cualquiera. Toda la vida pensando que los paletos eran los otros, y justo cuando una está tratando de labrarse un futuro en esto tan complicado del Lifestyle me entero de que no. El paleto, c’est moi. Paleta, cateta, palurda, borona. Alguien a quien solo le falta calarse la boina hasta las cejas (juntas) y responder “sí señor”, después del preceptivo “mandé”.

Aviso porque esto, como digo, puede pasarle a cualquiera. Yo me di cuenta por ser una puñetera perfeccionista, empeñada en documentarme vulgo cotillear las webs punteras en moda y otras zarandajas. El primer golpe llegó en forma de post con debate candente: ¿Bañador o bikini? Si por ahorrar dos palabras uno escribe “bañador” en lugar de “traje de baño”, los comentarios de las lectoras te masacran sin piedad. Paletorraaaaa.

Lo peor llega leyendo un post sobre música. Y creo que he bebido más de cuarenta cervezas hoy, y creo que tendré que expulsarlaaas…no, yo no bebo; es una mención a un clásico del juerguismo, Mi agüita amarilla. La trampa está en: ¿Dónde tiene que expulsarla? En el cuarto de baño. No se le ocurra mencionar la palabra “servicio” ¡Paroxismo de indignación en la ristra de comentarios!

Se me cayó la venda de Louis Vuitton de los ojos con la cruda realidad. El estilo de vida consiste en eliminar de nuestras vidas conceptos como “maja”, “bañador” o “cojín”. Si no queremos renunciar a escribir lo que nos da la gana, siempre podemos emprender una exitosa carrera en el mundo blogger para jóvenes agricultores y ganaderos in. En vez de invitarte a brunchs y afterworks, te dan una funda de bolas de madera para el asiento del coche.