Grupo mixto
En la era digital la vida íntima es ruidosa, como Rita y todo se critica y comenta. Si yo fuera ejecutivo de televisión incorporaría a Moreno al programa de Casado y lo llamaría Grupo Mixto
Desde que el jueves, Rita Barberá anunciara su renuncia al Partido Popular notamos, no el desatasco que deseaba María Dolores de Cospedal pero sí un imprevisto alboroto en el Senado. Rita es una de las políticas más hábiles que hemos conocido, se va del partido , pero mantiene un escaño que considera suyo. Aferrada, Rita se iniciará en el rito de sentarse y sentirse como parte del Grupo Mixto, donde se arremolina gente con un criterio de vestuario y político situado en sus antípodas. Con la incorporación de Barberá, el Grupo Mixto se parecerá más a una paella mixta completa.
Los del Grupo Mixto, los grandes olvidados, son representantes de Bildu, de Unión del Pueblo Navarro, Foro Asturias, Coalición Canaria, Compromís (valencianas como Barberá) y ahora Rita como rutilante estrella tránsfuga. El senador de Compromís, Carles Munet ha asegurado que la situación “no es agradable para nadie”. Además de la convivencia o choque de estilos, hay que sumar los problemas con su despacho en el caso de tener que desalojar el del PP. Rita Barberá es una mujer aparatosa, necesita espacio y lo que la rodea siempre ha sido ruidoso. Su apoyo a Mariano Rajoy lo fue, una poderosa mascletà que ahora se hace más sonora con el silencio de él. Lo curioso es lo bien que le sienta su propio ruido. Parece disfrutarlo con una fortaleza comparable a la de Luis Bárcenas. ¿Cuál será su dieta? ¿Qué arroz comerá para tener todo ese aguante? En una situación así, todo el mundo pidiéndote que te vayas excepto Mariano, uno estaría, como poco, apabullada. Porque antes eras la mejor y ahora eres lo peor. Da la impresión de que el Partido Popular es una familia bipolar. Te arropa en bloque y luego te echa a patadas. ¿Rita no hacía lo que hacían los demás?
Afortunadamente, no todo es Rita. Isabel Pantoja regresa tras la muerte de Juan Gabriel. Las televisiones no paran de comentar ese supuesto piso en Chueca, el barrio gay de Madrid, propiedad del cantante mexicano que sería una herencia para la Pantoja. En los programas latinos aparecen comentaristas jactándose de conocer Chueca al dedillo y subrayándola como uno de los barrios más chic y divinos de España. Sin proponérselo, salen del armario. Desde el programa de Ana Rosa enviaron a un colaborador a montar guardia en la calle Barbieri, tan zarzuelera ella, donde está ese regalo inmobiliario de 200 metros cuadrados. Y donde alguna vez existió el Hotel Mónaco, que al parecer era frecuentado por el rey Alfonso XIII. Allí también disfruté de sus techos con espejos y frescos de ninfas y ninfos persiguiéndose y alborotando el sueño.
El camino, de Cantora a Chueca, pasa por Prado del Rey y está un pelín alborotado por la forzada salida del armario de las presentadoras María Casado y Toñi Moreno. Ambas trabajan en la televisión publica. Ellas se lamentan de una intromisión en su vida personal y se ha querido subrayar que la salida de armario sucede cuando Casado se estrena en las mañanas de TVE, sustituyendo a Mariló Montero que parece ser muy amiga de Casado pero, al principio no tanto de Moreno. Toñi lo cuenta en su autobiografía, “al comienzo Mariló me cayo como una patada en el estómago”. En las redes, muchos recordaron el beso labial que Mariló le dio a María Casado en plan Britney y Madonna. Era un triángulo catódico que no podía permanecer fuera de plano. A mí la pareja de María y Toñi me parecería estupenda. Transmiten un rollo de medallistas olímpicas con futuro pese a que el programa aquel que conducía Toñi también caía como una patada en el estómago, con su agresiva mezcla de caridad y exhibición de la miseria. Desde mi propia experiencia, chicas, no le daría tanta importancia al asunto, pero ¡claro, cada una es cada una!
Aclarar tu orientación sexual generalmente te deja más aliviado. Puedo asegurar que la gente te mira con más respeto, compañeras. Pero el debate oculto se centra más en si Toñi pudiera resultar una oportuna influencia para Casado, que es mucho más meticulosa y comedida que Moreno, que tiene un carácter más folk. En cualquier caso el amor puede unir a una catalana con una andaluza, y eso es muy bonito. En la era digital la vida íntima es ruidosa, como Rita y todo se critica y comenta. Si yo fuera ejecutivo de televisión incorporaría a Moreno al programa de Casado y lo llamaría Grupo Mixto.
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