y 7- ¿Cómo debe ser una clase?
Louis Kahn escribió que no hacía falta que las aulas fueran grandes porque las mentes tienen sus recursos. “Cuando una habitación está ordenada se pierde todo. No encuentras nada”. Por eso defendía que un aula no debía ser una habitación bonita “sino una habitación dedicada, con luz y espacio para trabajar y llena de pasión, calmada o violenta pero llena de ella”. Kahn escribió que no se podía medir en metros cuadrados la zona de trabajo de nadie: “Algunos necesitan mucho espacio, otros muy poco”. “No tenéis espacio para nada, simplemente tenéis que ver un lugar muy amplio y lleno de luz. Debe haber espacios altos, porque la lección de la medida y la asociación con la escala deben ser parte de la habitación”.
La luz directa e intensa es mala para una biblioteca, pero el espacio de las paredes es clave. También los pequeños rincones en los que retirarse con un libro son fundamentales en una sala de lectura”.
¿Qué era un profesor para Kahn? Esencialmente “alguien que no sólo sabe cosas, sino que las siente. El tipo de hombre que puede reconstruir el universo simplemente con mirar una brizna de hierba”. Dejó escrito que cualquiera de nosotros es, en cierto modo, un profesor porque queremos compartir las ideas y porque la validez de las ideas solo se reconoce tras haberlas compartido.
Finalmente, ¿qué era una lección? El Panteón de Roma lo fue para él, “Un edificio sin dirección. Un lugar al que cualquiera podía ir a rezar. No es siquiera un cuadrado, que daría direcciones y marcaría con las esquinas”. “La luz cenital es tan fuerte que no puedes acercarte a ella. No puedes permanecer debajo, parece cortar como un cuchillo y uno busca alejarse de ella. Una solución arquitectónica admirable, fuente de inspiración para todos los arquitectos”. “Un edificio es un mundo dentro de otro mundo”.
Origen de las citas: Conversaciones con estudiantes (Gustavo Gili, 2002)
Babelia
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