¿Cobran por palabra?
¿Cobran por número de palabras los comentaristas de tenis de RTVE? Parecería que sí, dada la imparable verborrea que exhiben. No se trata solo de la inagotable insubstancialidad de sus comentarios, eso lo sufrimos desde casi siempre —todavía recuerdo a uno de esos comentaristas que, cuando hace muchos años Becker se disponía a restar, nos susurró al oído: “Ahora Boris está pensando a ver cómo puede romperle el servicio a Lendl”—, pero en otra época los comentarios se hacían durante los descansos, y cuando se trataba de aportar un dato de lo que pasaba en la pista y que quedaba fuera de imagen. Ahora las ocurrencias “técnicas” invaden sin piedad también el tiempo de juego. Es algo tan molesto que muchos optamos por poner el televisor en silencio.
Es sabido que quien visualiza un encuentro deportivo con interés conoce las reglas del juego y participa emocionalmente de él. Impedírselo con banalidades es una falta de respeto de RTVE a su público. Deseo que la empresa no nos obligue a seguir poniendo el televisor en silencio.— Raúl Fernández Vilanova.
