¿Ha llegado la hora del animalismo en España?
Estos partidos ya han entrado en los Parlamentos de otros países europeos y tienen representación en Bruselas
Cuando en 2008 difundieron el vídeo electoral para sus primeros comicios nacionales —con duras imágenes de un cerdo degollado o toros vomitando sangre—, los dirigentes del Partido Animalista (Pacma) se esforzaron en centrar su mensaje político en una única idea: "No al maltrato animal". Y de ese eslogan no se han movido en una década. "Es lo que en Ciencias Políticas llamamos un partido de un solo tema. Una formación que define claramente su prioridad", subraya Máriam Martínez-Bascuñán, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, que explica cómo este tipo de fuerzas renuncian a la transversalidad. En un primer momento, se dirigen a un electorado "marginal" y "concienciado". "Y, en la medida en que han conseguido politizar ese tema, han logrado adherir votantes", remacha Bascuñán al explicar cómo Pacma ha multiplicado su apoyo en las urnas y constituye ya la primera fuerza extraparlamentaria de España.
La cita del pasado 26 de junio confirmó esta tendencia al alza. Pese a la caída de la participación en casi cuatro puntos, Pacma obtuvo 60.000 votos más en estas últimas elecciones respecto al 20-D. La formación recabó 286.702 papeletas (1,19%) —y sus candidatos al Senado, más de 1,2 millones de apoyos—. Lejos quedan los apenas 44.795 (0,17%) que cosecharon en 2008 o los 102.144 (0,42%) de 2011. Ante este progreso, las preguntas surgen inmediatamente. ¿A qué responde ese crecimiento? ¿Ha llegado la hora del desembarco del animalismo en las instituciones españolas?
De momento, el sistema electoral les ha perjudicado y les ha dejado a las puertas del Parlamento. Porque Pacma, con más votos que Bildu y Coalición Canaria, habría obtenido cuatro escaños de existir una única circunscripción. Varios de sus homólogos en otros países europeos sí que han conseguido, en cambio, representación: en Portugal cuentan con un diputado; en Alemania lograron obtener un escaño en Bruselas; y en Holanda suman dos asientos en el Congreso, otros dos en el Senado, uno en la Eurocámara y casi medio centenar de cargos locales y provinciales.
Manifestación contra los festejos taurinos
En vísperas de la celebración del Toro de la Peña, el encierro que sustituye este año al prohibido Toro de la Vega, Pacma ha convocado para este sábado una manifestación en Madrid contra los festejos taurinos. Bajo el lema Misión abolición, el partido espera superar el éxito de 2015, cuando miles de personas se concentraron en Sol contra el torneo medieval de Tordesillas. Entre las voces que respaldan esta iniciativa se encuentran las del actor Dani Rovira, la escritora Rosa Montero y la periodista Julia Otero.
"Llevamos 20 años de retraso en comparación con otros países de nuestro entorno. Pero hemos avanzado mucho. Antes nos miraban como bichos raros y ahora, no", recalca Silvia Barquero, presidenta de Pacma, que achaca este cambio al trabajo de sensibilización que han impulsado durante lustros los colectivos animalistas. Por ejemplo, la líder de la formación habla de la normalización social de los vegetarianos y veganos —"Antes, en los restaurantes era inusual que ofrecieran un menú de este tipo"—; de la concienciación para adoptar mascotas, en vez de comprarlas; y de que, ahora, mucha más gente mira las etiquetas de los productos para saber su procedencia. "Se ha extendido una actitud de protección de los animales", sentencia Barquero.
Precisamente, el último Eurobarómetro sobre las actitudes de los ciudadanos de la UE ante el bienestar de los animales, publicado en marzo de este año, apunta en esta dirección. El estudio incide en que un 94% de los españoles considera "muy importante" o "importante" proteger el bienestar de los animales de granja; y un 71% quiere más información sobre cómo se trata a estos en las explotaciones ganaderas. Dos datos que evidencian que ha aumentado la preocupación en el país por esta materia: en 2006, estos porcentajes eran del 71% y el 61% respectivamente. Además, el informe también recalca que un 86% de los españoles considera importante proteger aún más el bienestar de las mascotas, pese a que en los últimos años ya se ha endurecido en el Código Penal las condenas por maltrato animal.
Llevamos 20 años de retraso en comparación con otros países de nuestro entorno Silvia Barquero, presidenta de Pacma
¿Existe, por tanto, una relación entre esta mayor sensibilización y el auge electoral de Pacma? Barquero tiene claro que sí, pero añade otro factor a la ecuación: la difusión de sus campañas se ha multiplicado progresivamente. El Partido Animalista ha conseguido el apoyo de personajes públicos (como actores y presentadores de televisión) y ha encabezado la lucha contra el Toro de la Vega, que ha acabado prohibido a través de un decreto de la Junta de Castilla y León, en manos del PP. "Han sido muy exitosos a la hora de convertirse en una fuerza de protesta. Todo el mundo piensa en ellos cuando se quiere abordar un asunto animalista", añade Pablo Simón, profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III, que también vincula su crecimiento en las urnas a que ciertos ciudadanos, hartos de los principales partidos, los respaldan como forma de ejercer un "voto de castigo" hacia las principales fuerzas.
La relevancia de Pacma ha llegado a tal punto que Podemos conversó con ellos para que se integraran en la coalición de izquierdas de cara al 26-J. Pero se rechazó esta opción, ya que el partido de Iglesias no se ha posicionado en contra de la tauromaquia. "No venderemos nuestros principios", aseguró la formación animalista. En este sentido, Martínez-Bascuñán relaciona esta decisión con el tipo de partido que es Pacma: "Son conscientes de que no van a conseguir amplias mayorías". Y, por ello, no pueden traicionar a ese voto "comprometido". "Nosotros sabemos que somos una herramienta de presión. Y cumplimos esa función de presión para que el resto de partidos incluyan en la agenda política las cuestiones animalistas", concluye Barquero.
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