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¿Quién es el musculoso tatuado que jalea a Hosszu mientras nada?

Las alarmas han saltado con las formas de Shane Tusup, entrenador y marido de la nadadora. Muchos las consideran abusivas, pero ella asegura que es "superdulce, cariñoso y muy divertido"

Shane Tusup vive con intensidad desmedida las competiciones de su mujer, la nadadora húngara Katinka Hosszu.
Shane Tusup vive con intensidad desmedida las competiciones de su mujer, la nadadora húngara Katinka Hosszu.Cordon

Podría pasar como una más de las múltiples anécdotas olímpicas que se dan cada cuatro años y que se quedan en los márgenes de los logros deportivos. Shane Tusup (28 años, EE.UU), entrenador y marido de la medallista olímpica Katinka Hosszu (27 años, Hungría), gesticula, grita, salta y aprieta los dientes mientras la deportista lucha en el agua por el primer puesto. Ella lo consigue; es su primera medalla olímpica, un oro, y rebaja el récord mundial de la disciplina –400 estilos, en la que Belmonte se hizo con el bronce– en dos segundos. Lo ha logrado, es el inicio de unos Juegos en los que Hosszu aniquilará el fantasma que la dejó sin medallas en Londres, pero las miradas no se están centrando solo en la piscina. Su entrenador y marido acapara protagonismo en redes sociales, críticas de compañeros por sus maneras y análisis en medios de comunicación como el del New York Times

Y es que Shane Tusup, que también fue nadador, parece un macarra, viste como un macarra y actúa como un macarra. En sus redes comparte habitualmente fotos haciendo pesas y entrenando con Hosszu pero también muestra su afición desmedida por las zapatillas de deporte y deja claro cual es, junto con su mujer, su gran interés: el dinero. “Nunca es suficiente”, asegura en una de sus publicaciones. Al borde de la piscina exhibe musculatura y tatuajes con el mismo espíritu con el que reparte gritos y gesticulaciones exageradas. Lo que inicialmente se vendió como un amor casi de película – la cuenta de la NBC sobre los Juegos colgó un vídeo de Tusup con la frase “encontrar a alguien que te quiera como el marido de Katinka Hosszu la ama”– más tarde comenzó a preocupar por las formas del californiano.

“Encontrar a alguien que te quiera como el marido de Katinka Hosszu la ama”. Con esa frase acompañaba la NBC el vídeo de Tusup jaleando a la nadadora.

Lo cierto es que esta historia es un prisma con multitud de visiones y opiniones y ninguna clara. Sobre este asunto pulula la idea de si esa alarma ante el estilo de Tusup como entrenador hubiera surgido si preparase a un hombre o si aún nos cuesta percibir a las deportistas –en este caso, nada menos que a la llamada dama de hierro– como personas tan fuertes como sus congéneres. O si simplemente, su actitud es un abuso entrene a quien entrene.

De esta opinión es Jessica Hardy, nadadora que entrenó con Hosszu en EE.UU., que aseguró al New York Times que había visto muchos comportamientos inadecuados por parte de Tusup. “Los entrenadores son exigentes pero él está a otro nivel. Da miedo”, explicaba. El patrón del miedo también ha sido señalado por Dave Salo, antiguo preparador de Hosszu. “¿Es miedo o confianza lo que la está conduciendo?”, se preguntaba en el mismo artículo del New York Times aunque también reconocía que la húngara estaba nadando al fin como todos creían que podía hacerlo. Su forma física había mejorado notablemente al igual que su motivación.

El planteamiento que Tusup puso en marcha cuando empezó a entrenar a la que por aquel entonces era aún su novia –en 2012– era algo atípico. Entrenar menos pero participar en más competiciones. De esta forma, Hosszu se quitó presión, ganó confianza y también un montón de dinero. Es la primera nadadora que alcanza el millón de dólares gracias a los premios en competiciones oficiales, sin contar la publicidad.

Las sesiones eran hercúleas y las formas del californiano podían resultar déspotas aunque él afirma que si en algún momento la nadadora encuentra un entrenador que la haga mejorar más que él, se apartará. En Río han saltado algunas alarmas pero lo cierto es que la implicada niega la mayor. Hosszu no se cansa de asegurar que son capaces de separar la vida deportiva de la personal y que aunque Tusup es “bastante difícil como entrenador”, en su otra faceta, la de marido “es superdulce, cariñoso y muy divertido”. Aunque afirma que su relación es “bastante complicada”, también explica que, desde que está bajo su mando, le ha ayudado notablemente con su autoestima y confianza.

La nadadora no pasa la oportunidad de mostrar su amor por su entrenador y marido.
La nadadora no pasa la oportunidad de mostrar su amor por su entrenador y marido.Cordon

Desde luego, las miradas no se alejan de Tusup. El comentarista de la NBC Dan Hicks aseguró en directo que él era el responsable del logro de Hasszu, una frase por la que más tarde pidió disculpas y que matizó, explicando que era imposible contar la historia de la húngara sin dar el crédito apropiado a Tusup. Manifestó también que el californiano podía ser “muy, muy duro” y que su actitud había resultado molesta para otros nadadores. Mientras sus detractores hablan de abuso y cuelgan vídeos de sus reacciones al borde de la piscina, sus partidarios señalan las palabras de la propia Hosszu y ponen ejemplos de otros entrenadores cuyos métodos han sido tachados de extremos en otras ocasiones.

Ya en diciembre de 2015 algunos nadadores se quejaban de las formas de Tusup.

Lo que es innegable es que la húngara lleva tres medallas de oro y aún le queda una categoría en la que competir, los 200m espalda –lo hará mañana por la tarde–. Está cerca de rozar la gloria absoluta en la piscina de Río, que se dirimirá entre ella y la estadounidense Katie Ledecky, ocho años más joven y que por el momento se ha hecho con dos oros y una plata. Eso son sus méritos deportivos, el resto, como el propio Tusup, se quedan por el momento en los bordes de la piscina.

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