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El ladrillo amenaza la costa holandesa

Los ecologistas presionan para evitar que se relajen los planes de construir en la playa

Isabel Ferrer
La ministra holandesa Melanie Schultz.
La ministra holandesa Melanie Schultz.Jaap Arriens (NurPhoto)

El litoral holandés ha escapado por ahora a una burbuja inmobiliaria que amenazaba con trufarlo de viviendas de recreo, al haber sido rechazados los planes del Gobierno de levantar la actual prohibición de construir en la playa. Melanie Schultz, la ministra de Medio Ambiente, propuso relajar las normas “para convertir la costa en un lugar atractivo y económicamente robusto todo el año”, y ha chocado contra el Congreso. También contra más de 100.000 firmas recogidas por Natuurmonumenten, una asociación cuyo largo nombre no precisa traducción. Financiada a medias por el Estado y por particulares, sus casi 750.000 socios le recordaron que hay 523 kilómetros de playas de libre acceso amenazadas por el ladrillo. En este caso, la madera de las edificaciones en litigio.

Son unas construcciones coquetas, plantadas algunas en la arena, o bien tras las hileras de dunas que forman una barrera natural contra posibles inundaciones. Unos bungalós, casetas, parques recreativos de palafitos apoyados en pilares, chalés de un solo piso, y hasta cámpines permanentes, que sus promotores presentan como la respuesta a los cambios operados en el mercado vacacional.

A pesar de que Schultz retiró su plan, y las restricciones siguen en pie, el catálogo inmobiliario no cede. Por eso el movimiento ecologista aportó otros datos a la discusión: entre 2013 y 2019 puede haber hasta 7.000 nuevas casas veraniegas en la costa; en los tres últimos años se han construido cerca de 1.700. Antes de su derrota, la ministra pensaba autorizar los primeros pabellones playeros permanentes para este mes de julio. A condición, por supuesto, de que no comprometieran la protección del entorno ni la seguridad costera. Visto el malestar general, intentará pactar con todos los implicados. Aunque el problema de fondo parece más bien de coordinación. El Estado protege la costa de las amenazas naturales, y las provincias y Ayuntamientos vigilan la calidad del espacio. En 2011, el trío acordó contener la construcción. ¿Por qué siguen creciendo entonces estos proyectos recreativos?

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