Entre la imponente vegetación del monte Kobetamendi tuvo lugar el BBK Live
En la última edición del festival bilbaíno, New Order, Father John Misty y Grimes, entre otros, se reunieron en el escenario Heineken para deleite de los asistentes
Un año más, Heineken y BBK Live han unido fuerzas para acercar lo mejor de la música internacional al público. La presencia de la marca en el festival queda patente en el escenario Heineken, una zona verde, nada intrusiva, que se confunde con la imponente vegetación del monte Kobetamendi. Este espacio tiene la misión de acoger a reconocidos artistas internacionales sobre sus tablas y como prioridad que los asistentes disfruten de experiencias únicas a través de actuaciones en directo.
En el escenario, perfectamente escoltado por carpas repletas de barras de bebida que se aseguraron de que ningún asistente acabara deshidratado, se pudo ver a New Order, Hot Chip, Father John Misty o Grimes perfectamente integrados en la arboleda vasca. En total, tuvieron lugar 12 conciertos que empezaban a las seis de la tarde y acababan de madrugada. Bien mereció la pena adentrase en el festival cuando aún pegaba el sol para ver cómo una menudita Lauren Mayberry, cantante de Chvrches, se movía a sus anchas por el escenario metiéndose al público en el bolsillo con su voz y contoneos.
Los escoceses calentaron el ambiente y prepararon los cuerpos para los conciertos que se avecinaban esa noche a base de temas bailables y pegadizos. Unas horas después, New Order lograron emocionar con los clásicos Blue monday y Templation. Además, en deferencia a los fans de Joy Division (la mayoría de los que allí se congregaron), los británicos defendieron Love will tear us apart como si la vida realmente les fuera en ello. Y esto siempre se agradece.
Claire Elisa Boucher, cantante de Grimes, demostró el viernes que cuando está de buenas no hay apagón que le chafe el espectáculo. En medio de Go, la quinta canción del repertorio de la noche, falló el generador del escenario dejándolo todo a oscuras y en silencio. El incidente no se solucionó hasta un cuarto de hora después, momento en el que Claire regresó al escenario dando tumbos y dispuesta a dejar el pabellón bien alto. Nada que reprochar y mucho que agradecer a esta artista que días antes había dejado a su público con la boca abierta al abandonar, sin motivo aparente, el escenario a mitad de un concierto en Nueva York.
A las ocho de la tarde del sábado, Father John Misty centró toda la atención del festival en su persona. Este hombre trajeado, de barba tupida, con gafas de sol y melena cristiana, destiló carisma por cada uno de sus transpirados poros. Con un amplio catálogo de poses estudiadas al milímetro y una voz celestial, Josh Tillman devolvió la fe a un público que estaba extasiado con su actuación. Interpretó When you're smiling and astride me retorciéndose y lamentándose de tal forma que parecía dolerle el alma. Nadie pudo decir que no viviera intensamente cada segundo que pasó sobre las tablas. A lo largo del concierto, se arrodilló una decena de veces, rodó por el suelo otras tantas y terminó por meterse el micro en la bragueta. “Aquí hay mujeres bonitas y buenas drogas”, aseguró Tillman poco antes de despedir el concierto besando en la boca a una fan que se encontraba en primera fila.
Con la campaña Heineken live your music se ofrece una forma diferente de vivir la música en directo. "Es importante para nosotros evidenciar el universo de posibilidades que te abre la música. No dejan de surgir nuevos grupos y estilos. Con nuestro trabajo en los festivales buscamos que la gente se atreva a descubrir grupos musicales que de otra forma no habrían escuchado”, apunta Inés Arnal, portavoz del área musical.
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