Elecciones 26-J
Una vez más vamos a confiar en ustedes. Vamos a pensar que el Parlamento es un lugar donde se habla. Vamos a pensar que serán capaces de superar esa extendida consideración de la inteligencia como algo propio, sin necesario contacto con los demás. Vamos a pensar que serán capaces de dejar a un lado el antidemocrático y muy generalizado error de que las ideas se comparten únicamente a posteriori. Señorías, las ideas forman una comunidad. Les rogamos, también a los nuestros, que desarrollen y ejerciten su mermada capacidad de descubrirse en los otros y dejen de hablar para sí mismos, y de escucharse solo a sí mismos. Por favor, hagan política con palabras vivas. Les prometemos que no consideraremos una traición a nuestros principios que se pongan de acuerdo con el resto del Parlamento. Todos ganaremos si encuentran, hablando, en reuniones a puerta abierta, un acuerdo lo más amplio posible.— Francisco Carreño Espinosa. Madrid.
Aunque haya que felicitar al PP por su victoria electoral, mucho me temo que estos resultados además de respaldar a Rajoy respaldan también la impunidad frente a la corrupción. Porque en esta España nadie va a la cárcel por robar dinero público o aceptar sobornos. Nadie devuelve el dinero. Los escándalos de corrupción languidecen en juzgados superados por la magnitud de las tramas. Algunos casos prescriben, otros saldan su ingente expolio con unos pocos meses de condena… y los apuntes de Bárcenas (auténticos, según el juez) quedan en nada cuando el propio Rajoy recibe una y otra vez los votos de millones de españoles. Esa es nuestra realidad, y protestar porque la actitud de nuestro presidente de Gobierno frente a la corrupción sea mirar hacia otro lado me parece injusto. ¿Acaso no hacemos nosotros lo mismo cuando le volvemos a votar?— César Arzabe Tirado. Las Rozas (Madrid).
Si el partido más</CF> votado, sin mayoría absoluta, hubiera sido Podemos, los demás tendrían que llegar a un pacto de Gobierno para dejar fuera a los antisistema. Las coaliciones son inherentes a la democracia, y no sería un pacto de perdedores, sería un pacto de partidos constitucionalistas. Si el PP debe gobernar no es tanto por ser el partido más votado, sino por ser el partido constitucionalista más votado. El PP y el PSOE han de aparcar ahora sus diferencias y, con la ayuda de C's, luchar juntos contra el secesionismo, la corrupción y por la educación. ¿Tendrán la altura de miras que no han tenido hasta ahora?— Ricardo Moreno Castillo. Madrid.
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