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Mentiras y verdades sobre las cuotas de género

Carmen Sánchez-Silva

Europarlamentarios durante una votación. / Vincent Kessler (Reuters).

La mujer progresa más rápido al frente de las empresas y administraciones en los países que implantan cuotas de género por ley. Cuando el poder, masculino por antonomasia, se le escapa, la discriminación positiva hace que en los escalafones de las compañías la desigualdad resulte más igualitaria. Así lo demostró Noruega en 2003. Y así se está refrendando en Francia, Italia y Alemania, cuyas normativas son mucho más recientes.

Existe mucha doctrina sobre las cuotas. A menudo instigada por sus detractores. Pero no siempre esconde experiencias demostradas. Para acabar con algunas de las falsas creencias que se repiten una y otra vez, sirvan las conclusiones del estudio La creación de valor en las empresas cotizadas y la diversidad de género, realizado por la consultora Comerciando Global, junto con el catedrático de Administración y Buen Gobierno de la Universidad Witten/Herdecke, Morten Huse, tras encuestar a cerca de un millar de profesionales en posiciones de responsabilidad. Estas son algunas de las verdades y mentiras que se esconden detrás del balance de género:

  1. Las cuotas deben ser voluntarias. Como muestra el bagaje de España, que en 2007 aprobó la Ley de Igualdad, donde se recomendaba alcanzar un 40% de mujeres en los consejos de administración de las grandes empresas en 2015, la voluntariedad no allana el camino: el año pasado las administradoras apenas si alcanzaban el 16% del total en los órganos de decisión de las empresas cotizadas en Bolsa (teóricamente las más modernas y “cumplidoras”). Se avanza, pero a paso de tortuga. Igual que ocurrió durante casi una década en Noruega hasta que se aprobó la ley, y entonces las compañías sí contrataron al 40% de mujeres. “El mercado, las empresas, regulan muchas cosas, pero no regulan la igualdad”, según Huse.

Comentarios

El tema de genero es un tema que se ha discutido mucho, si aun en europa el tema no esta zanjado en paises de america latina la cosa es aun mas complicada, pero no todo esta perdido por que las leyes que se estan dando estan intentando reducir esta incidencias, pero aun estamos en pañales, llegaremos a vivir o a ver los cambios, creo que aun es muy complicado.
¿Quien ha escrito ésto, de verdad se lo cree?. O sea, a ver si lo entiendo ¿para conseguir igualdad hay que imponer desigualdad?.Hoy en día una mujer, si se lo propone y le interesa ¿no puede ocupar un cargo importante en una empresa por méritos? ¿por que? ¿porque el la sociedad machista se lo impide? ¿en serio?.¿Más del 50% de las mujeres universitarias? un porcentaje un poco grueso, maticemos ¿En que carreras (de esas que dan acceso a los cargos directivos que se hace referencia) hay más de la mitad de mujeres matriculadas? ¿empresariales? ¿económicas? ¿carreras de ciencias?... a lo mejor así sí que salen los números, ¿no?.¿A nadie le interesa la igualdad en lo malo también? ¿que proporción de hombres con respecto a mujeres hay en "otros trabajos"? (esos menos remunerados, más penosos, con tasas increíblemente altas de mortalidad...).Querer imponer por ley lo que no se consigue por cauces de igualdad de oportunidades (y no me digas que por ser mujer, en España, tienes menos, que eso ya empieza a oler a naftalina) tiene un nombre: Discriminación. Y eso, vamos, a mi modo de ver, no está bien.La igualdad no es una cuestión de estadísticas al 50%, no. Es una cuestión de eso, de igualdad, de oportunidades, y de que cada uno llegue donde se merece.

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Sobre la firma

Carmen Sánchez-Silva
Es redactora del suplemento Negocios. Está especializada en Economía (empleo, gestión, educación, turismo, igualdad de género). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Previamente trabajó en La Gaceta de los Negocios, Cinco Días, Ranking, Mercado e Ideas y Negocios. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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