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El zapato guante pisa por fin la calle

Su estética monjil y sus líneas depuradas actualizan el calzado de la abuela y ofrecen una alternativa al reinado de las deportivas

Zapato Martiniano.
Zapato Martiniano.

Hay tendencias fugaces, algunas recurrentes y otras que se cocinan a fuego lento. El camino del zapato guante (tacón medio y piel suave abrazando el pie) no ha sido fácil. Su historia resulta hasta increíble, teniendo en cuenta que existen seis años de separación entre su Buenos Aires natal hasta los estantes de las tiendas de moda rápida que seducen hoy con sus réplicas. Pero finalmente, este Men Repeller de manual lo ha logrado. Con su estética monjil y sus líneas depuradas actualiza el zapato de la abuela y ofrece una alternativa al reinado de las deportivas. Levantando a su paso tantas pasiones como odios, se perfila como uno los grandes éxitos del verano.

Fruto de un año de investigación alrededor del calzado medieval y del siglo XVIII, el zapatero (y perfomer) bonaerense Martiniano López Crozet diseñó sus tres primeros modelos. “Decidí llamar a mis zapatos guante por el material del empeine, la cabritilla, que históricamente fue usado para guantes”, explica por corre electrónico. Con sus energías puestas en lograr una estética ligera y un zapato, ante todo, cómodo, López Crozet los lanzó por primera vez en 2011. Un año después, la tienda Creatures of Comfort los introdujo al mercado estadounidense gracias a un amigo en común con el diseñador.

Por su parte, la creadora Maryam Nassir Zadeh, avispada cazadora de tendencias, además de incorporar los Martiniano a la selecta selección de la tienda que regenta en Nueva York, incluyó en 2014, con el modelo Roberta, su propia versión del zapato guante. Elaborado de suave ante, tacón cuadrado que entroncaba con el moderado del famoso zapato Pilgrim de Roger Vivier –ese que Catherine Deneuve lucía en Belle du Jour de Buñuel– y una atractiva gama de colores, pronto colgaron el cartel de agotados.

Todo cuento de hadas necesita su hada madrina, y en este ella se llama Phoebe Philo. La directora creativa de Céline, experta en dictar tendencia, los subió a la pasarela en su desfile primavera-verano 2015. En su interpretación, mantenía la ligereza del empeine y la suavidad de la piel, pero añadía un robusto tacón y una versión en dorado que hizo salivar a la primera fila. Esta aparición estelar catapultó la tendencia que, finalmente, ha cuajado en la calle un año después. Las blogueras más punteras dieron el parte en el ciberespacio enfundadas en estas bailarinas de la yaya y hoy no hay firma de moda rápida que no la haya incluido en su catálogo. De hecho, la propia firma Céline repite este verano con nuevas versiones del modelo que causa sensación.

Por supuesto, la varita mágica de Philo ha aupado todavía más la visibilidad de López Crozet, actualmente intentando superar la difícil encrucijada que siempre representa un crecimiento rápido para una marca pequeña. Mientras sus diseños ya se venden en el templo del lujo online que es Net-á-Porter, él se encuentra enfrascado en el traslado de la producción desde Argentina a Italia. Trabajando sin descanso durante los últimos cuatro años, Martiniano sueña con unas vacaciones en Deià. Él tiene claro el secreto del repentino éxito de sus zapatos guante: “Mis zapatos se ubican entre la elegancia y la rusticidad del campo. Una cliente japonesa definió mis zapatos como humildes y estoy de acuerdo con ella”. Está seguro de que su criatura logrará sobrevivir a la tendencia. Aunque vocación de clásico no le falta, solo el tiempo dirá.

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