Repensar los modelos con la economía circular y el open source

Durante el 9 y el 13 de Junio se celebrará una nueva edición del evento global y distribuido OSCEdays (OpenSource & Circular Economy days) en más de 80 ciudades de todo el mundo, con el objetivo principal de compartir y generar recursos y oportunidades para seguir avanzando hacia una transición ecológica.

Cada una de las ciudades que participa, desarrollará libremente su propio formato de evento, promoviendo la colaboración entre ciudadanía, colectivos, comunidades, emprendedores, makers, hackers, profesionales, entidades privadas y públicas, etc.

El evento se conforma como un espacio común vivo y abierto, de exploración, inspiración, reflexión, conexión y acción para plantear retos, compartir ideas, soluciones, prototipos, sistemas, productos y diseños para una Economía Circular en Código Abierto y desde una perspectiva para el bien común.

La intención del evento es promover a nivel global desde las ciudades una transformación que re-diseñe los modelos económicos, integrando los ciclos naturales en todo proceso para contribuir a generar un desarrollo responsable y realmente sostenible en el tiempo y respetuoso con el planeta tierra.

Hay algo que no podemos perder de vista, y es que muy pronto el ser humano tendrá que afrontar el mayor de todos los desafíos de toda su historia como especie, el cambio climático, o como algunos apuntan, el “caos” climático, dado que el ser humano será incapaz de predecir las reacciones climáticas de un planeta alterado por el impacto de la actividad humana.

De momento, algunos efectos generados por el impacto del cambio climático y de la acción humana ya son hoy visibles como son el deshielo acelerado de los polos y glaciares, la subida del nivel del mar, la subida media de las temperaturas, la acidificación de los oceanos, grandes y duraderas sequías que son una de las causas principales de desplazamiento masivos de población de zonas rurales a zonas urbanas u a otros países, generando con ello grandes conflictos sociales, etc. Solo esto es parte de la punta del iceberg.

Según se anuncia por parte de los científicos a partir de registros que están llevando a cabo sobre las especies, todo apunta que vamos camino de la sexta gran extinción, donde muchas formas de vida del planeta tierra están amenazadas y corren el riesgo de desaparecer en las próximas décadas del siglo XXI, con los posibles efectos que podría generar.

A finales del 2015 en París se celebró la cumbre mundial contra el cambio climático (COP21). Una de las conclusiones del encuentro, es que por fin todos los países, en contra de sus propios intereses económicos, han admitido que el gran problema y amenaza para la humanidad en las próximas décadas es el cambio climático. Esto no deja de ser paradójico cuando uno escucha los discursos electorales de los partidos políticos donde nunca o casi nunca se menciona el cambio climático, algo que debería de ser un eje principal sobre el cual crear políticas para el futuro que nos espera.

Necesitamos urgentemente un cambio hacia una lógica ecológica y sistémica donde el ser humano es una parte más del equilibrio junto con todas las demás formas de vida. Esto es muy diferente con respecto a la lógica individualista, egoísta y antropocéntrica heredada del denominado progreso humano, donde el ser humano y sus deseos y ambiciones se ponen por encima de todo, empleando a la naturaleza como una fuente de recursos que agotar y alterar en su propio beneficio.

Ante esta parálisis de los entes representativos del poder económico y social, es necesario que desde las bases ciudadanas se adopte una actitud proactiva y constructiva, pues no hay tiempo para esperar que gobiernos, corporaciones y gurús se pongan de acuerdo para tomar decisiones que nos afecten a todos. Necesitamos actuar desde la conciencia y la participación activa en los procesos de cambio.

Acciones tan simples como plantar árboles, llevar una vida más sencilla, baja en consumo energético, participar en acciones colectivas para compartir recursos o producir y consumir menos y más local tanto productos, como servicios y experiencias. Todas estas acciones son ejemplos sencillos que pueden ayudar a reducir las emisiones de CO2, regenerar el medioambiente y además potenciar la resiliencia social al reconstruir las relaciones humanas entorno a acciones colectivas locales generando así un sentido de comunidad que trascienda la frontera de la cultura del individualismo.

Actualmente a lo largo y ancho del planeta, hay miles y miles de iniciativas y millones de personas que están generando una transición ecológica. Una de estas iniciativas es el evento OSCEdays dónde se promueve el concepto “glocal” es decir promueve el pensamiento global y la acción local.

Es importante que la economía circular se conecte directamente con la cultura abierta, para evitar que el conocimiento sea restringido a las élites, como ya ocurrió en la historia reciente que en la actualidad nos ha conducido a una crisis sistémica. Para acelerar los procesos de cambio es fundamental que el conocimiento en este caso relacionado con los modelos de economía circular se desarrollen en base a una lógica abierta, que permita el libre acceso y desarrollo para conseguir revertir el efecto del cambio climático y mejorar las condiciones de vida de un modo más distribuido y democrático.