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África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado

África habla a través de su cine

The Revolution Won't be Televised, de Rama Thiaw
The Revolution Won't be Televised, de Rama Thiaw

Autora invitada: María José Martín Gordillo (*)

La imagen que tenemos de África siempre ha estado condicionada por quiénes nos la han contado, normalmente desde fuera. Los discursos sobre África simplifican una realidad compleja que se intenta explicar a través de una serie de estereotipos. Es la imagen que muchas personas tienen todavía, no muy alejado de aquel “Africanos: mitad niños, mitad demonios” de Rudyard Kipling.

Pero pocas veces tenemos la oportunidad de oír África de la voz de sus propios habitantes. Desde hace ya trece años el Festival de Cine Africano (FCAT) promueve el conocimiento de las distintas realidades africanas; de un continente vastísimo y muy diverso que durante siglos ha sido pasto, y todavía hoy lo es, de versiones manipuladas, marginadas y deformadas de su pasado y su presente.

Intentamos que África hable a través de su cine y que hable, sobre todo, de futuro. Y queremos hacerlo de la mano de sus verdaderas estrellas, los cineastas africanos, auténticos protagonistas de una de las aventuras más bellas de nuestro tiempo: hacer cine en África.

El FCAT cumple este año un viejo sueño y en esta decimotercera edición da, por fin, el salto al otro lado del Estrecho. El festival regresa a Tarifa tras un paréntesis de cuatro años en Córdoba y lo hace con una atractiva propuesta que unirá las dos orillas del Estrecho de Gibraltar, Tarifa y Tánger, gracias a la magia del cine.

Salafistes, de François Margolin y Lemine Ould Salem

Tánger es una ciudad situada en la encrucijada entre África y Europa, el Mediterráneo y el Atlántico, que siempre ha fascinado e inspirado a artistas procedentes de todo el mundo. Con una rica vida cultural y un valioso patrimonio, se impone como lugar propicio para los encuentros e intercambios culturales y artísticos en un entorno cosmopolita único.

Para poner en pie esta hermosa idea, el FCAT ha seducido a la Cinémathèque de Tánger, pulmón cultural de esta ciudad. Ambos compartimos la pasión por el cine y la convicción de que la cultura es una riqueza común a todos los seres humanos que puede ayudarnos a conocernos mejor y facilitar la convivencia entre los pueblos.

Años atrás la Cinemathèque fue el conocido Cinéma Rif, lugar de encuentro de la colonia española en Tánger. En 2005 cerró sus puertas y, afortunadamente, reabrió en 2007, esta vez convertida en filmoteca. Entre sus tesoros, guarda un archivo de más de mil películas sobre Marruecos y el mundo árabe.

Durante diez días, del 26 de mayo al 4 de junio, los cines de África serán protagonistas en un evento único en nuestro país y ahora pionero también en Tánger gracias a esta apuesta transfronteriza.

26 países estarán representados en las 76 películas que hemos programado. Una selección que se realiza en base a criterios de calidad cinematográfica y artística y responde a la voluntad de ‘normalizar’ las cinematografías africanas. Porque el Festival de Cine Africano es, ante todo y sobre todo, un festival de Cine con mayúsculas.

Por primera vez, los espectadores de dos ciudades, dos países y dos continentes votarán con una sola voz para elegir el Premio del Público. Geográficamente sólo les separan 14 kilómetros; sin embargo, la distancia psicológica y mental es abismal.

The endless river, de Oliver Hermanus

La filosofía del festival impregna también el cartel de esta edición, basado en una fotografía del artista nigeriano Andrew Esiebo (Lagos, 1978). La obra de este joven artista de proyección internacional plasma la cotidianidad de su país con una estética realista, en la que priman los contenidos sociales y culturales tratados con una visión llena de sensibilidad.

Como los cineastas, ​los jóvenes fotógrafos africanos se sirven a menudo de su arte​ para incidir en la imagen estereotipada de un continente del que sólo se difunde una imagen sesgada.

En momentos como los actuales en los que la comprensión y la libertad de movimiento de los pueblos están tan comprometidas, queremos construir un evento cultural que supere fronteras bajo la insignia de la concordia. Porque todo lo que se desconoce se teme, estamos convencidos del poder de la cultura para abatir fronteras y consolidar los elementos que unen frente a aquellos que separan a los pueblos.

“Entre la cultura de lo universal y la cultura universal, escojo la primera”, dice el gran artista plástico y hombre de teatro senegalés Issa Samb. Este lema podría ser también el del festival, un evento que busca la apertura mental, la aceptación de otras formas de entender el mundo como camino para construir un universo diverso y plural.

En definitiva, las mujeres y los hombres del otro lado del Estrecho forman parte de nuestro pasado, pero también, queramos o no, de nuestro futuro.

(*) María José Martín Gordillo es responsable de Comunicación del FCAT 2016

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Muy interesante que lo hagan también en Tánger.
Muy interesante que lo hagan también en Tánger.

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