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Seres Urbanos
Coordinado por Fernando Casado

Zombies urbanos en Nairobi, una historia real

La webserie italiana Toxicity o "Toxiciudad", que vió la luz el pasado mes de diciembre con un capítulo sobre las drogas en Italia, se traslada en su segunda entrega a la ciudad de Nairobi, para mostrar la realidad de los indigentes y adictos a esnifar cola que viven en la calle. Pablo Trincia, periodista italiano experto en estudios africanos y desarrollo, investiga en esta pieza, una realidad a menudo silenciada, y lo hace con una gran sensibilidad y respeto.

"Lo más sorprendente para mí ha sido que, una vez hemos publicado esta historia y se ha vuelto viral en Kenia, muchos kenianos han escrito comentarios en Facebook o Twitter diciendo que no tenían ni idea de lo que estaba sucediendo en su propia ciudad! Eso dice mucho acerca de la brecha social y el papel de los medios de comunicación locales", se sorprende Trincia.

Recorriendo diferentes puntos calientes de la droga en Nairobi, el periodista nos sumerge en algunos de los barrios más peligrosos de la capital keniana. En algunos vertederos, donde mucha de la población empobrecida de la ciudad acude en busca de material para revender, se encuentra con chicos muy afectados por los efectos de esnifar cola o combustible para aviones. "La mayoría de gente que esnifa este tipo de drogas líquidas son jóvenes y niños que vienen de barrios muy pobres, pero no todos ellos son huérfanos. Muchos de ellos tienen padres que son extremadamente pobres y no pueden cuidar de ellos y luego se enganchan a las drogas al salir con grupos de otros jóvenes de la calle".

La pobreza estructural está en la base del problema de la drogodependencia en ciudades como Nairobi. Donde se encuentra la más paupérrima de las vidas urbanas, allí hay grupos de personas que viven sumergidas en los efectos de las drogas. Tal como lo llama Pablo: se trata de "un mundo de zombies", que capta perfectamente en la segunda pieza de su serie.

Imagen tomada por Sacha Biazzo durante el rodaje del 2º capítulo de Toxicity.
Imagen tomada por Sacha Biazzo durante el rodaje del 2º capítulo de Toxicity.

Los factores culturales del patriarcado, junto a otras causas socioeconómicas, hacen que la mujer sea más vulnerable a la pobreza. El capítulo no deja esta realidad de lado, y muestra cómo mujeres y chicas jóvenes tienen que prostituirse para poder sobrevivir, y muchas de ellas acaban consumiendo drogas para poder sobrellevar la vida que les ha tocado vivir. Sus hijos nacen en un contexto muy complejo del cual es muy difícil salir. "Son víctimas de una epidemia de drogas. Tenemos a toda una generación de niños y jóvenes que nunca van a hacer nada con su vida, que han sido ignorados y deshumanizados, que probablemente se convertirán en ladronzuelos y criminales para alimentar su adicción. Esto siempre hará de ciudades como Nairobi, urbes inestables e inseguras. Es un círculo vicioso", advierte Pablo ante la impasividad de gobierno y alcaldía.

"Basándome en mi observación de la mayoría de los niños de la calle que vi, casi todos transitaban con botellas con drogas líquidas. A menudo se mueven en grupos", explica sobre un fenómeno social que rara vez llega a oídas de la mayoría de kenianos y kenianas. Durmiendo debajo de puentes, dentro de las alcantarillas o en cualquier esquina, grupos de chicos y chicas deambulan durante la noche sin un techo. "Consumen porque dicen que les libera de la tensión y el hambre. Debemos entender que desde el momento en que se despiertan al que se van a dormir, caminan mucho en un entorno muy difícil, huyendo de la policía, el calor, la lluvia, las calles lodosas, los golpes de los coches...".

Las desigualdades socioeconómicas y la cultura del crimen, le valieron a Nairobi el apodo de 'Nairobbery' durante décadas. A pesar de que la ciudad se ha convertido en sede de múltiples agencias internacionales, oenegés, empresas del sector tecnológico o incluso think thanks, y experimentado un crecimiento sin precedentes de su clase media y alta, Nairobi sigue teniendo una cara oculta en la que permanece la vida de miles de personas al margen de la sociedad dominante. "Nairobi me pareció muy estresante. Pasé cada día horas y horas y horas pegado en ese tráfico. Es una ciudad que no tratan bien a sus ciudadanos", opina el italiano.

Se calcula que en Nairobi viven unos 60.000 niños de la calle, aunque no existen estadísticas oficiales. La gran mayoría de ellos están expuestos a la violencia callejera, la lucha por los pocos recursos que les ofrece la calle y, como agravante, las drogas que les abstraen de todos sus problemas cotidianos. ¿Responsabilidades?. "Muchos fabricantes de calzado y traficantes de drogas están implicados en la epidemia de pegamento, pero la policía y el gobierno son enormemente responsables. Los niños deben ser una prioridad, pero no se hace nada. Conocí a muchos de ellos cuando fui a Kenia en 2006, y en 2016 es como si nada hubiera cambiado", denuncia el reportero, que no sabe si el gobierno de Kenia va a dejarlo volver a entrar en el país después de que su vídeo se haya hecho viral y la gente haya empezado a reaccionar sobre el tema.

"Un tipo de Nairobi comentó nuestro video en Facebook. Dijo que antes de verlo, cada vez que se encontraba con un chico de la calle en la ciudad, su primer pensamiento era siempre: "¿va a robarme"?. Decía que la cinta le ha cambiado la forma de pensar, y que ahora lo primero que se plantea es: "¿habrá comido este muchacho hoy o sólo ha tomado lo que hay en la botella de plástico?". Él es consciente ahora. Al igual que mucha gente que vive en la ciudad y que no sabían la realidad de esta historia o no la querían ver", cuenta esperanzado Pablo. La importancia de trabajos como este, para la sensibilización de la sociedad, es crucial para poder ejercer presión hacia los gobiernos. Eso, y dar oportunidades a estos chavales para que puedan salir adelante hará de ciudades como Nairobi, urbes más habitables en el futuro. Según Pablo, está en manos de todos.

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