Otegi
Después de reconocer que tantos años de ETA fue un error, que solo trajo violencia, muerte y mucho sufrimiento, pretende ahora Otegi a través del diálogo defender sus ideas y ponerse al frente como lehendakari de todos los vascos. Pero el error no es poca cosa y las consecuencias tremendas. Lleva Otegi un pasado que, más que mochila, es un saco de cemento y ello le inhabilita para representar ante los vascos y no vascos una sociedad democrática y pacífica.
Debiera de apartar su ego, que posiblemente le empuje más que sus ideas, y que sea otro sin tanta muerte el que las defienda, sean las que sean, pero desde el diálogo, la democracia y la paz.— José Ramón Varela Nogueiras. Vigo.
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