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Tentaciones

Grimes, la reina del videoclip casero

La artista canadiense ha rodado geniales vídeos que ella misma dirige y guioniza y en los que hasta participa su hermano. ¿El resultado? Un pastiche estilístico tan arriesgado que, sorprendentemente, funciona

Un fotograma de 'California', último clip de Grimes.
Un fotograma de 'California', último clip de Grimes.

Desde el momento en el que Grimes anunció el estreno de su nuevo videoclip, California, supimos que nos iba a gustar. Y no hacía falta ni mucho menos ponerse los pocos segundos de adelanto del teaser: la canadiense ha sentado unos serios precedentes en su videografía que la establecen no solo como una de las artistas pop más geniales y alocadas del momento sino como una realizadora que encuentra cierta armonía y sentido en un caos y amalgama de referencias, influencias y estilos incompatibles e imposibles… hasta que los junta ella. Y así ha sido. Todas las chaladuras que tiene en su cabeza las vomita en los tres minutos del vídeo, de una experimentación que entra muy bien por los ojos, con guiños que van de Piet Mondrian a El Cuervo y looks de la cowboy a la bohemia francesa. No se nos ocurre mejor momento para analizar sus claves.

Su evolución, chaladura casera y ambición por cuatro duros

El primer videoclip dirigido por ella ya tiene cinco años. Fue para Vanessa, una de sus primeras canciones y gran hit a reivindicar previo a su explosión. Evidentemente, se nota que se hizo con cuatro duros, pero ya tenía algunas de las señas de identidad que veríamos en el resto de sus vídeos: buen despliegue de modelitos, la participación de amigas random para bailar (un poco como sucedía, especialmente, en sus primeros conciertos), efectos caleidoscópicos y un desbordante carisma pese a que en ese momento era una adolescente gótica de manual.

Pero fue fichar por 4AD y abrirse un abanico de posibilidades. Con el primero que llegó en esta nueva etapa, y del que hablaremos más concienzudamente más adelante, Oblivion, nació el mito y la fascinación por esta jovencísima canadiense de cara aniñada. Y entonces se desató. Genesis fue el primer momento en el que pensamos que esta chica estaba chalada. Especialmente por el fichaje de una por entonces poco conocida Brooke Candy con rastas rosas, zapatos con plataforma imposible y con una gigantesca espada en mano. Parecía sacada del videojuego o manga más loco. Incidió en la idea de la camaradería femenina, conduciendo por el desierto y sembrando el terror un poco en la línea del Bad Girls de M.I.A. de ese mismo año. De hecho, el icónico Bitch Better Have My Money de Rihanna no sería lo mismo sin obras como éstas.

En el largo periodo que separa su tercer y cuarto disco lanzó dos singles, Go, precisamente rechazado por Riri y cuyo vídeo parecía la continuación de Genesis por sus planos desérticos, el uso del rosa chillón y las espadas, y REALiTi, que como compartió en forma de demo el videoclip también tenía ese aura casera de sus primeros obras visuales, aún así era deliciosamente divertido. Con la llegada de Art Angels compartió el vídeo para Flesh Without Blood / Life in the Vivid Dream, probablemente su obra más ambiciosa. Quedamos cautivados la primera vez que lo vimos porque casi cada plano pasaba directamente a la historia del pop. Ver a Claire Boucher actualizando a Maria Antonieta con el pelo lila, sangre en la boca y gafas compradas en los chinos es una estampa difícil de olvidar, como cuando se pone a tocar sobre la cama una guitarra rosa con alas en la espalda. Sus dos continuaciones, Kill V. Maim y la mencionada California, siguen esta senda de locura y pastiche.

La musa del post-internet. Su estética y referencias culturales

Mucho se habló cuando salió Visions del concepto post-internet. Para entendernos es la idea de que con la red ahora mismo todo el mundo puede acceder a lo que sea. Si antes era más difícil conseguir una película tailandesa o comunicarte con tu penpal de Nicaragua, ahora todos estamos conectados. Se refleja en ese disco, que es una nebulosa pop con todo tipo de referencias estilísticas orbitando a su alrededor.

Trasladado a sus vídeos esto significa que en ellos pueden convivir perfectamente estéticas aparentemente opuestas. Lo mismo lleva un modelito gótico en un plano para que al siguiente se ponga en plan Dolly Parton. O puede estar en un taller de escultura sin saber muy bien qué pinta ahí o jugar con sus colegas a la PlayStation 4. Predomina, eso sí, una estética comiquera que va de guiños a Daniel Clowes a mangas como Sailor Moon, que también alterna con un futurismo distópico cyberpunk (sólo hay que ver el vídeo de Kill V. Maim, que pone vampiros y a una Grimes opositando a ser la nueva Imperator Furiosa de Mad Max en una especie de metrópolis a lo Neo Tokio de Akira).

Lo hace todo ella… o casi

Al final del videoclip de Flesh Without Blood / Life in the Vivid Dream aparecen unos títulos de créditos. No es la primera vez que se hace en este campo ni mucho menos y, además, está justificadísimo. Ese vídeo es una auténtica obra cinematográfica. Ahí Grimes figura como guionista, directora, directora de arte, colorista y montajista. No lo hace todo, pero casi, y el resto de la responsabilidad recae en su hermano, Mac, otro auténtico frikazo que, por cierto, fue uno de los mamarrachos que subió al escenario en su concierto del Primavera Sound de hace cuatro años, el único hasta ahora en España. En lo que sí pide ayuda más allá de los vínculos sanguíneos es en los modelitos imposibles que suele llevar. De ello se encarga la estilista de moda Turner, que está detrás de sus looks más célebres en portadas de revistas de tendencias o en los festivales más importantes del mundo.

Bonus track: Oblivion, su obra maestra

Aunque somos fans de sus tres últimos videoclips y queremos que un futuro haga un álbum visual como los de Beyoncé hay que saber apreciar que su mejor momento lo tuvo en Oblivion. Puede lucir desenfadada pero se come la pantalla. Aquí Grimes está terrenal, pero con cuatro duros consigue que nazca una (su) estrella. No hay modelitos estrafalarios pero todos querrían lucir cualquiera de sus looks. Tampoco se ambienta en un mundo de fantasía, sino en un espectáculo de motocross y en un campo de fútbol americano. Si en la canción habla de su experiencia con el abuso sexual aquí lo quiere reflejar en imágenes adentrándose en terrenos puramente masculinos y asociados a ese tipo de conductas pero planteándolo como algo divertido. La imagen de Boucher bailando con los cascos puestos es la primera que se te viene a la cabeza cuando mencionan su nombre.

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