El desplome de los Osbourne

“Conozcan a la perfecta familia estadounidense”, decía con tono irónico la introducción del primer episodio de la serie The Osbournes, que se comenzó a emitir por la cadena MTV en marzo de 2002. Catorce años después del éxito televisivo, la “perfecta familia” se desploma frente a los ojos del público: el icónico roquero inglés Ozzy Osbourne y su esposa Sharon confirmaron a la prensa los rumores que hace meses daban vuelta por las redes: se separan después de más de 30 años casados. Y, como era de esperar, la bomba que estalló hace una semana se ha convertido rápidamente en el escándalo preferido de los tabloides estadounidenses.

Las teorías sobre el porqué del alejamiento corrieron como espuma: unos aseguran que fue una supuesta infidelidad por parte del fundador de la banda Black Sabbath, otros que porque ha recaído de nuevo en el alcoholismo y la drogadicción, algo que el cantante ha negado tajantemente: “Llevo sobrio poco más de tres años. Durante ese tiempo no he probado drogas ni alcohol. Cualquier noticia que diga lo contrario es completamente falsa”, aseguró el roquero al programa E! News.

Y aunque ninguno de los dos ha querido aún revelar el verdadero motivo, la matriarca sí que ha contado que fue ella quien le pidió al músico que abandonara la casa: “Pero luego regresó y entonces me fui yo”, contó en The Talk, el show que copresenta junto a Julie Chen.

Una familia mediática

Resulta raro el silencio que el exmatrimonio ha decidido mantener, pues fueron ellos, junto a sus hijos Jack y Kelly, quienes inauguraron la era de los realities shows. The Osbournes duró cuatro temporadas. La idea del programa estaba clara: un grupo de cámaras tenía que seguir de forma “supuestamente espontánea” la desquiciada vida disfuncional de los cuatro excéntricos miembros de la familia —Aimee, la primogénita, se negó a participar en el reality—. El show rápidamente se convirtió en un éxito en América y sigue siendo recordado por la docena de perros que continuamente ensuciaban la mansión de los Osbourne y por la exagerada cantidad de tacos que pronunciaban los integrantes de la familia en cada emisión.

The Osbournes además de mostrar las extravagancias del clan intentaba mantener viva la imagen un tanto perturbada de Ozzy, aquel cantante británico de los setenta que era recordado por quitarle de un mordisco la cabeza a los murciélagos durante sus conciertos.

En 2005 finalizó la serie que dejó frases tan polémicas como: “el tabaco mata más rápido que el crack”. Pero volvió a emisión en 2014, cuando los Osbourne abrieron de nuevo las puertas de su casa para mostrar sus nuevos proyectos. Aunque no regresaron como una serie completa, sino como “una actualización” de su caótica vida.

El programa que reformuló el concepto de reality, y que las Kardashian copiaron y superaron, además sirvió para lanzar la carrera artística de la irreverente Kelly, que aunque no logró el éxito como cantante sí que encontró un hueco en el mundo de la moda. En 2004 lanzó su propia línea de ropa Stiletto Killers y en 2010 comenzó a trabajar en el programa de televisión Fashion Police, junto a la veterana Joan Rivers, Giuliana Rancic y George Kotsiopoulos. Desde entonces se ha dedicado a comentar las vestimentas de las celebridades en las diferentes alfombras rojas. Su hermano Jack abandonó el espectáculo y la discreta Aimee busca hacerse un espacio en la industria musical. Ozzy por su parte intenta seguir rentabilizando su peculiar personalidad y Sharon se convirtió en presentadora de televisión. Ahora, aunque de distinta forma, la familia vuelve a estar seguida por las cámaras.