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3.500 Millones
Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

El radar solidario y otros preocupantes productos de la buena intención

Por Xosé María Torres Bouza (@XM_Torres),farmacéutico y portavoz de patentes de Farmamundi.

¿Nuevas propuestas peregrinas de ONG? Imagen de M. Gonzalo.

El ayuntamiento de Cayón, Cantabria, ha puesto en marcha con la bendición de la DGT un “radar solidario”. La expresión es chocante – casi un oxímoron como “banca ética” o “guerra humanitaria”- al ser los radares instrumentos punitivos, mientras que el término solidario evoca mensajes contrarios. El detector se ha instalado próximo a dos centros educativos del municipio, en el cruce de una vía muy transitada.

Como las multas no suelen ser bien acogidas por la ciudadanía, han tratado de dulcificar la sanción. Así, parte de lo recaudado se destinará a una causa benéfica, según declara ufano el alcalde de la localidad, Gastón Gómez (PP): la atención a las 120 familias necesitadas del municipio.

Lo del marketing solidario es una estrategia que ya cuenta con numerosas experiencias, que van desde lo sensato hasta lo ambiguo; pero las ONG españolas, y desde luego Farmamundi, han sido testigos de propuestas estrafalarias, remitidas por empresas, que a cambio de una cantidad económica fija o porcentaje de ventas, exhortan a apoyar una campaña publicitaria.

Uno de las más escandalosos fue el Fondo Solidario Fortuna, creado en 1999 por Tabacalera bajo el lema For 0,7%, por el cual se donaba el 0,7% de la ventas a proyectos de ONG, y que originó críticas intensas, por unir una actividad dañina para la salud, el tabaquismo, con símbolos solidarios como el 0,7%.

Maratones solidarios, jornadas de Bancos de Alimentos (que tienen entre sus promotores a los propios supermercados, claro: ¡cuanto más solidaria es la gente, más caja hacen!), destinar la paga extra a causas benéficas… muchas de ellas son iniciativas mal diseñadas. El suelo del infierno está empedrado de buenas intenciones.

Como la del concejo pasiego de Cayón, que destinará el 40% de las multas a los vecinos necesitados… lo que nos permite saber que el otro 60% se lo llevará la empresa que instaló el radar. Pero… ¿una empresa puede gestionar radares? ¿Y la administración municipal puede tener ingresos finalistas? La verdad es que uno pensaba que los ingresos iban al Tesoro municipal, y desde ahí eran repartidos por todo el presupuesto. Recordemos, por ejemplo, las tasas judiciales puestas en marcha en 2012 por el ya dimitido ministro Gallardón, que se iban a destinar a promover la Justicia Gratuita, la hermana pobre del ministerio. Algo que desmintió después por el gobierno, al reconocer que no sabía el destino de los 500 millones de euros recaudados por tal concepto.Otro dislate similar fue acometido por una diputación provincial del norte de España cuyo departamento de Servicios Sociales patrocinaba hace años cruceros por el Mediterráneo para personas de la tercera edad.

Ocurrencias “geniales” tiene uno todos los días, pero se las calla por pudor. Los servicios sociales deben tener recursos suficientes, y estables, -pues la pobreza suele ser estructural- y no depender de si los conductores de la zona son buenos ciudadanos o no, al igual que la retribución del alcalde es fija, y no depende de si los vecinos pagan o no los recibos de la basura. Asimismo, no se debe trasladar la responsabilidad de atender a los necesitados a los conductores de coches, pues aparte de que podrían tranquilizar sus conciencias (cometo una infracción… ¡pero al fin y al cabo la multa va para caridad!), ¿qué pasa si el radar se estropea? ¿los necesitados no recibirían esos días la ayuda?

¿Qué será lo siguiente? ¿Reformar el código penal para que las multas por navajazos vayan destinadas a pintura de los pasos de peatones? ¿O que las sanciones por atracar bancos subvencionen los comedores escolares?

Dulcificar las sanciones mediante destinos caritativos no es propio de administraciones responsables. Y por favor, que la atención a los necesitados no sea una obra de caridad, por muy bien intencionada que sea.

Comentarios

Este tipo de cosas nos ponen en evidencia el talante y el rigor que se emplea a la hora de discernir sobre la gestión que necesitamos.Desde el talante erudito de quienes se sientan en los bancos de nuestros colegios democráticos.Para regirnos la vida, desde los derechos y la justicia.Desde la educación y la responsabilidad social.Como ciudadanas y ciudadanos, mayores y pequeños en un mundo de derechos y solidaridad.Conscientes y respetables.Con la conciencia tranquila aun en los malos momentos de poner una multa por cometer un exceso.
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