Desvelado el nombre del padre de Carla Bruni
En un libro, la progenitora de la ex primera dama cuenta que esta y su hermana nacieron de una relación con un amante
Carla Bruni tenía 28 años cuando supo que su padre biológico no era quien pensaba, el compositor e industrial Alberto Bruni-Tedeschi. Fue él mismo quien se lo explicó poco antes de morir, aunque siempre la trató como suya. En una autobiografía que se publica este miércoles, su madre, la actriz y pianista Marisa Bruni-Tedeschi (1930), revela ahora que el verdadero progenitor de la cantante y ex primera dama francesa era en realidad el hijo de uno de sus amantes. Le dedica un capítulo en el libro titulado Mis queridas hijas, os voy a contar (ed. Robert Laffont), dirigido a Carla y a su hermana Valeria.
“Es algo importante para mi hija. He escrito un capítulo en el libro para explicarle por qué no le había hablado de eso nunca”, contaba este martes Marisa Bruni-Tedeschi a la radio Europe1. “Lamento no haberlo hablado antes pero en estas familias [de la alta burguesía italiana] no se comentaba este tipo de cosas”, añadía. “Un día, cuando supo que el hombre que se había ocupado de ella no era su padre, le dije: ‘no te quejes, tienes dos padres y los dos son buenos’”, concluía.
Marisa Bruni-Tedeschi estaba ya casada con Alberto Tedeschi, quien era 15 años mayor que ella, cuando empezó a ser amante del empresario Giorgio Remmert. Pronto entabló una relación con su hijo, el joven y guapo Maurizio Remmert. Se conocieron en 1965, cuando ella tenía 35 años y él apenas 19. “Puedo quererte como una persona mayor”, le susurró él al oído, según recuerda ella ahora. Dos años después, en diciembre de 1967, nacía la pequeña Carla, a la que Bruni-Tedeschi, padre ya de Valeria (1964) y Virgilio (1960-2006), adoptó como suya. El romance entre la madre de la cantante y el joven duró unos seis años, hasta que él abandonó Italia para hacer fortuna en Brasil.
Carla Bruni no supo de la existencia de su padre biológico hasta 1966, cuando se lo explicó su padre adoptivo, ya muy enfermo, antes de morir. Desde entonces, Bruni ha entablado relación con Remmert, quien ha asistido por ejemplo a su matrimonio en 2008 con el entonces presidente francés Nicolas Sarkozy.
Si el objetivo del libro era en parte cerrar viejas heridas, parece haberlo logrado. Ambas hijas, Valéria y Carla, han podido leerlo antes de su publicación. “Si no les hubiera gustado, no lo hubiera publicado”, ha asegurado Marisa Bruni-Tedeschi. “Mamá, tu libro es maravilloso”, le dijo por mensaje de texto su hija Carla.
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