Dolores Promesas, un triunfo sin pisar la pasarela
La firma española cumple 10 años en plena expansión internacional
Alicia Hernández (Murcia, 1973) recuerda con una gran sonrisa sus inicios en el mundo de la moda: “Parece que fue ayer cuando abrimos nuestra primera tienda en la calle de Desengaño, en Madrid. Comenzamos a crecer en la crisis. Mientras la gente cerraba nosotros abríamos. Da vértigo”.
Ese ayer al que se refiere la directora creativa de Dolores Promesas se contabiliza en 10 años en los que la firma ha evolucionado y se ha refinado para ofrecer creaciones en las que el color y el estampado son los protagonistas. Para celebrarlo, han elaborado una colección con 10 prendas que recuerdan sus primeras creaciones.
En una década, a Hernández y a sus dos socios —Myriam Pintado y Javier Lapeña— les ha dado tiempo a inaugurar 28 tiendas en España de las que, “afortunadamente”, no han cerrado ninguna. La directora creativa precisa su crecimiento económico: la facturación ascendió el año pasado a nueve millones de euros y supuso un aumento de entre el 14% y el 17%.
También han abierto mercado en Europa. Se plantearon desembarcar en Londres, pero finalmente fue París la ciudad elegida. “Es la cuna de la moda. Tenemos dos establecimientos, uno en el barrio de Saint-Germain y otro en Les Halles. Ya estamos buscando localización para un tercero”, asegura.
Su éxito comercial ha sido la razón por la que Licor 43 ha elegido a Hernández para formar parte de Historias 43, una acción que tiene como objetivo dar a conocer a profesionales del mundo de la moda y la cultura cuya pasión por su trabajo les ha hecho forjar una identidad genuina. Entre los ponentes de las charlas y talleres celebrados también estuvo la modelo y empresaria Laura Ponte.
Paula Echevarría, Ariadne Artiles o Sara Carbonero son algunas de las clientas famosas e incondicionales que confían en Dolores Promesas. Que muestren los diseños de la marca en las entradas de sus blogs o en los eventos a los que acuden causa una gran repercusión. Hernández lo explica: “Myriam, mi socia, y yo tenemos una agencia de comunicación, The Gallery Room. De hecho, fue allí donde nació la firma a los cinco años de estar trabajando para otras marcas. Nos dimos cuenta de que, sin hacer un gran plan de medios, las prendas tienen una gran exposición cuando las llevan las celebrities”.
Colecciones más cortas
Las actuales tendencias de consumo y producción —el see now buy now, míralo y cómpralo— ha hecho que se acelere el deseo por las prendas y con él los tiempos de diseño y salida al mercado. Es una tendencia del mercado que para Dolores Promesas no ha supuesto ningún inconveniente: “Producimos casi todo en España, menos las camisetas, que lo hacemos en Portugal, y la estampación en seda, que se hace en Italia. Para ofrecer novedades cada poco tiempo, hemos hecho la colección más corta”.
Para ser una marca con prendas tan codiciadas como su vestido camisero, para el que existe lista de espera, y una proyección internacional en alza, se echa de menos su presencia en la Mercedes Benz Fashion Week Madrid. La directora creativa de Dolores Promesas explica esta ausencia: “No poder elegir la localización para el desfile es lo que nos echa para atrás. Tenemos buenos diseños y una buena industria, pero estamos limitados a la hora de enseñarlo como se merece”. Alude así a la ubicación actual de la Semana de la Moda de Madrid: el recinto ferial de Ifema.
¿Cómo se podrían remediar esas aparentes disfunciones? “Dedicarse a la moda es un negocio. Hasta que no se le dé el sitio que se merece, esto no evolucionará. No te ayudan para montar tu desfile fuera de allí. Son demasiadas trabas. Sin embargo, sí se corta la Cibeles cuando hay alguna celebración de fútbol”, subraya Hernández.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.