Así podrían haber sido los sueños de Kafka
Paco Gómez, autor de 'Los Modlin' vuelve al relato fotográfico en 'Proyecto K': un libro de ficción que ahonda en la figura del escritor checo desde una perspectiva novedosa.
El 25 de enero de 1922 Franz Kafka escribía en su diario: “Aunque en el hotel he escrito claramente mi nombre, aunque también ellos lo han escrito correctamente ya dos veces, en el registro pone Josef K. ¿Debo aclarárselo yo o debo dejar que me lo aclaren ellos?”. Exactamente 94 años después, el 22 de enero de 2016 se acabó de imprimir Proyecto K, el fotolibro de Paco Gómez que ahonda en la figura del escritor polaco mezclando ficción y realidad, fotografía y relato. Deberíamos aclarar un poco esto así que le pedimos al mismo Gómez que lo haga.
“Todo es cierto salvo algunas cosas”, comenta el fotógrafo en una frase de construcción marianista. Se refiere a la ingente labor de investigación que llevó a cabo para dar forma a este libro, pues aquí, hasta lo inventado, tiene una base real. En cualquier caso “esto no es una biografía de Kafka”, aclara el fotógrafo, “sino una reflexión sobre cómo nos obsesionamos”. Gómez construye esta reflexión en torno a dos historias, la de un moribundo Kafka, que se vuelca en un proyecto para plasmar sus sueños en imágenes, y la del autor del libro, contratado por una asociación secreta para gestionar estas fotografías inéditas desconocidas por el gran público.
Así la historia salta en el tiempo y se interrumpe –o continúa, según se mire– con numerosas fotografías, dibujos y fragmentos de relatos de Kafka que dan una nueva dimensión a la trama. Gómez compone así un rompecabezas endiablado que desmonta la figura del escritor y hace que el lector, muchas veces, no sepa distinguir la parte real de la ficcionada. “Esa era mi intención”, reconoce Gómez con una sonrisa.
Cuando se le pregunta por una influencia, Paco Gómez rebusca en su ordenador en busca de una fotografía que retrata un viejo libro de Julio Verne. “Lo suelo mostrar en mis charlas”, comenta, “para explicar cómo me marcó este libro”. Gómez no habla de la prosa ni de la fantasía de Verne, sino de cómo este libro, pensado para un público adolescente, glosa su texto con imágenes de los protagonistas. “Normalmente, en los libros te imaginas al personaje según lo que vaya describiendo el autor, pero aquí no, lo tenías que compaginar con lo que veías en los dibujos”. Gómez ha conseguido que sus libros vayan un paso más allá y hace que imagen y texto no solo encajen sino que se complementen, que dialoguen.
Gómez vuelve a Verne para explicar su ficción basada en realidad. “Es como en Viaje al centro de la Tierra. Sabes que no puedes hacerlo, pero te informas tanto que tienes la sensación de que se puede”. La ficción científica que añade Gómez a la figura de Kafka es la plasmación de sueños en imágenes, una tecnología que sitúa en la época en la que los aviones empezaban a conquistar el cielo y los coches se convertían en algo casi común, cuando el ser humano creyó que su poder no tenía límites.
La segunda parte de una trilogía
Paco Gómez no ha escrito antes sobre Kafka, sin embargo, Proyecto K es la segunda parte de una trilogía. La primera fue más que un libro, un fenómeno. “Sé que haga lo que haga voy a seguir siendo el tío de Los Modlin”, afirma Gómez con resignación. Cuesta llevarle la contraria. Los Modlin se convirtió hace unos años en todo un hito de la autoedición en España. Una de las campañas más exitosas de Verkami consiguió parir 2.500 ejemplares de este libro (“una editorial no saca ni 1.000 en una primera tirada”, puntualiza Gómez). Se vendieron con tanta rapidez que decidió editar otros 1.500. Se volvieron a vender. Viendo el filón, Planeta lo compró para distribuirlo en Argentina. Ahora acaban de publicar una versión de bolsillo. “Sigue vendiéndose”, comenta Gómez, “porque a medida que la gente lo lee lo va recomendando”.
El secreto de Los Modlin radica en la sorprendente historia que lo rodea, no solo en su desarrollo , sino en la forma en la que llegó a Gómez. En una caja en la basura. Así fue como este fotógrafo tropezó con los recuerdos de una familia que había intentado ser famosa a toda costa. Y que lo consiguió tras la muerte y con la mediación de Gómez, que sumando sus fotos y pinturas fue componiendo el retrato de una familia de artistas americanos con una visión digamos trastornada de la realidad. “Entonces conté una historia real partiendo de la ficción, pues los Modlin vivían en un mundo irreal”, comenta Gómez. “En Proyecto K hago todo lo contrario: parto de la realidad para construir una ficción”. Su próxima obra, República, se asentará enteramente en el terreno ficticio.
El inesperado éxito de Los Modlin hizo que Gómez revisionara su obra anterior. Se dio cuenta de que la fotografía, con la que había trabajado hasta entonces, admitía, cuando no pedía, del uso de la palabra para completar su mensaje. Así que Gómez se volcó sobre dos trabajos pasados para completar una reflexión sobre el poder de la imagen y la palabra. De este fenómeno también aprendió otra valiosa lección: la autoedición funciona. “No trabajaría para una editorial”, asegura el fotógrafo, que no obstante, reconoce haber iniciado Proyecto K acompañado de una. “Al final les devolví el adelanto y me lo monté por mi cuenta”, narra con aplomo. La autoedición, asegura, ha hecho que sea más libre, que esté en contacto directo con los potenciales lectores y que pueda hacer lo que le dé la gana. “Trabajar con una editorial solo tiene sentido si eres un escritor”, asegura. “Y yo no pretendo serlo”.
Paco Gómez estudió ingeniería, se hizo fotógrafo y se ha revelado como un escritor solvente y un investigador con olfato. “Me habría molado ser detective”, confiesa con una sonrisa en los labios. Pero reconoce que su profesión, su pasión, es solo una: la fotografía. Lo ha demostrado con numerosos y galardonados trabajos y su último libro, en el que compagina fotografías propias hechas con una máquina de los años veinte con fotografías reales de aquella época, lo demuestra. La investigación kafkiana que lo acompaña, la rica ficción que lo glosa, solo quieren matizar estas fotografías, auténtico motor de una historia que pretende ahondar en una de las mentes más insondables e interesantes del siglo XX. Y lo consigue.
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