De manual
Cuando alguien formuló por primera vez la frasecilla "Dios los cría y ellos se juntan" debía estar viendo el futuro y a Kim Kardashian y Kanye West en él
Es de viejas reviejas y de niños de flequillo relamido. Pero, aunque hay refranes retorcidos y malignos, hay otros que parecen diseñados a imagen y semejanza de aquellos a quienes se aplican. Y todos cometemos el pecadillo de usarlos cuando nos conviene.
Cuando quiera que alguien formulase por primera vez la frasecilla debía estar viendo el futuro y a Kim Kardashian y Kanye West en él. Porque oigan: Dios los cría y ellos se juntan. Dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición. Y podríamos seguir.
Todo en ellos parece un caso clínico por llamar la atención (¿es que no es suficiente?). No les basta con pasarelas, programas de televisión, embarazos. Aquí todo y todos están en el ajo. Amigos. Negocios. Cuerpos. Kim no se conforma con ser celebrity (qué palabra más vacía): ella tiene que reventar Internet. Aunque sea a base de chicha (excepto dos ridículas y astutas barras negras). Lo de Kanye es casi peor, porque la fama y la fortuna le son ya propias, pero la música, el dinero, el éxito, no le colman. Lo mismo se mete con Taylor Swift que es fan de Justin Bieber. Un día quiere ser presidente de Estados Unidos (ya para 2020, si eso) y el siguiente dice que publicará tres discos al año. Mientras, afirma orgulloso que va a sacar seis colecciones de ropa (la palabra moda quizá le vaya grande) al año. Qué innovador. Es lo que hacen todas las grandes casas (primavera y verano en alta costura y prêt-à-porter, más crucero, más pre-fall… y alguna otra). Y todo en pleno cambio de la industria y desaparición del formato de pasarela tradicional. Muy listo.
Siéntense: ya tienen dos críos. Y ya se sabe: de tal palo...
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