Educar en igualdad
En pleno siglo XXI, cuando ya pensábamos que las cosas habían cambiado, me encuentro con esquejes de un machismo encubierto que son una lacra social. Un chico consigue salir con una chica, o tenerla, como todavía definen algunos, y continuamos jaleándole como si hubiera conseguido un gran trofeo; igual que el que caza el mejor faisán. Y me he sentido incómodo porque, en este caso, ese trofeo era mi amiga.
Si no empezamos por educar en igualdad, donde las mujeres no sean trofeos, sino personas, donde las relaciones dejen de ser de dependencia para ser de reciprocidad, entonces, queridos amigos, inexorablemente estamos perdidos.— Juan Sánchez Cano.
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