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MIRADOR
Columna
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Vida propia

Nancy Reagan se enfrentó al propio Partido Republicano para defender la investigación con células madre

David Trueba

A la muerte de Nancy Reagan, una de las mujeres que marcaron mi adolescencia, nadie ha escatimado elogios. Y en este caso eran merecidos. Los que no estuvieron de acuerdo con toda la política que puso en escena el presidente Ronald Regan, sí tuvieron que rendirse ante la tenacidad que su viuda demostró al enfrentarse al propio Partido Republicano para defender la investigación con células madre. A menudo, la vida privada de los personajes públicos logra reformarlos en sus ideas y en eso Nancy fue un ejemplo. No es fácil ponerte en contra de tu propio partido y cantar las verdades fuera de los cálculos interesados de la aritmética electoral. Pero la pasión científica en Nancy Reagan se desencadenó a raíz de la enfermedad de su marido, algo que le llevó a romper con ciertos dogmas ideológicos. Dejó de ver el peligro evidente de la ciencia en manos de entidades privadas y comprendió el beneficio de la investigación científica en manos del bien colectivo.

Es muy importante retener este dato biográfico, porque nos va a servir para entender la deriva de otros personajes políticos. En España lo hemos visto a lo largo de la democracia con el increíble castigo que representaba para los políticos defender la ley de divorcio o la ley de plazos del aborto. Algunos de ellos tuvieron que pagar con sus carreras y su prestigio por culpa de las campañas en contra que desataron los sectores más reaccionarios, que en España no hace falta señalarlos nunca, se hacen presentes de manera voluntaria en cada empeño por avanzar. Al día siguiente de aprobado el divorcio, los líderes políticos más conservadores procedieron a hacer un uso satisfactorio del derecho. Así como sus familiares, en casos no deseados, pudieron someterse a interrupciones de embarazo en clínicas que no fueran ilegales ni estuvieran situadas en barrios de Londres.

Con el tiempo vimos cómo algunos de los políticos más significados contra los derechos de los homosexuales aceptaban participar la celebración de matrimonios gais. En Estados Unidos también fue sonada la conversión de Dick Cheney a raíz de la homosexualidad de su hija, pero también el cambio de política discriminatoria contra los transexuales que vino asociada el relevo de Fidel Castro en favor de Raúl y la sensibilidad de su hija para estos casos. Es bonito ver cómo la vida familiar e íntima derriba el tabú y los grandes dogmas. No es más que una forma de la experiencia emocional. Y quien tiene emociones puras, amigos distintos de ti y gente querida que no tiene tu suerte, termina siempre por ser un mejor político de lo que era.

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