Hay movimiento
Con el transcurso del tiempo y el embestir repetido de las olas contra la costa, el mar erosiona y resquebraja las rocas, conquista espacio y transforma un litoral que trata de preservar la figura. Y cuestiones sociales que hasta no hace muchos años tenían la consideración de contornos naturales estables, parecen estar debilitándose debido al choque incesante de las olas reivindicativas del progreso. La violencia de género, la criminalización y discriminación de la homosexualidad, el acoso escolar, el hostigamiento laboral o el maltrato a los animales son prácticas que no gozan de buena prensa; el viejo colchón de comprensión y connivencia cultural sobre el que se descansaba pierde consistencia. Queda mucho por hacer, pero existe un frente de concienciación y sensibilización social que crece y avanza con la fuerza de la razón en las manos.— Alejandro Prieto Orviz.
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