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Tentaciones

¿Estáis preparados para la jornada de la albóndiga?

Hacemos un recorrido por las ciudades cuyas albóndigas son dignas de degustación y mención

Continuando con nuestro afán de seguir una peculiar operación bikini, las albóndigas se postulan como la gran alternativa a la fabada o el cocido. Que sí, que ya sé que las mejores albóndigas son las de vuestras madres pero nadie le hace un asco a una albóndiga en un bar. Y es que cada bola de carne picada es una obra de arte, ya sea en el bar de barrio –cuya cocina regenta una octogenaria– o en el restaurante más cool del momento. En nuestro país tenemos tantas variedades de albóndigas como revistas del corazón en los quioscos. Hacemos un recorrido por las ciudades cuyas albóndigas son dignas de degustación.

Sevilla: en la ciudad hispalense no hay nadie que no conozca las flipantes albóndigas de chocos de La Jarana (Av. Kansas City, 92; Edificio Gran Vía; Local 10). La gran competencia se la hace Casa Paco: una casa de comidas que hay al lado del Hospital de la Virgen del Rocío, donde las mismas albóndigas provocan en la ciudad del Guadalquivir tal fervor que no es de extrañar que la próxima Semana Santa tenga la albóndiga de choco su propia cofradía, con paso incluido. Para que luego digan que Andalucía es solo pescaíto frito y gazpacho.

Comunidad Valenciana: siempre he dicho que si quieres tapear en el Levante tu destino es Alicante capital. Pero una cosa os digo, la albóndiga más rica de Valencia es la de liebre con manzana de Apicius (Eolo, 7): un restaurante de cocina tradicional para quitarse el sombrero en el centro de la ciudad. Otra opción es la albóndiga de ternera en salsa de Etxebe (Duque de Calabria, 17). Es un mesón navarro que hay cerca de la Gran Vía valenciana que tiene una oferta gastronómica a precios populares.

León: muy recomendable el restaurante Delirios (Ave María, 2), justo al lado de la catedral. Pero, ni qué decir tiene que perderse por el barrio húmedo –repleto de bares de tapas– es una práctica más que saludable si se visita la ciudad.

San Sebastián: por todos es sabido que el norte de España es territorio comanche para las dietas. La mar proporciona productos a los que rendir pleitesía como, por ejemplo, el bacalao que se pica y se amasa para convertirse en albóndiga tal y como hacen en la taberna Izarraitz (Prim, 4). Otro de los euskal hits del casco viejo de Donosti son las albóndigas de ternera de Casa Alberto (Treinta y uno de agosto, 19).

Albóndigas en bocadillo con chimichurri. Sí, el paraíso existe.
Albóndigas en bocadillo con chimichurri. Sí, el paraíso existe. Bolero Meatballs

Madrid: en el Bolero Meatballs (Conchas, 4) muy cerca de la Plaza de Callao hay todo un repertorio de bolas de carne que ponen hot (a propósito de su picante) a cualquier paladar que las tiente y de las que se puede disfrutar en formato bocadillo. Pero si lo que te pone de verdad son los sabores tradicionales tienes que visitar el mítico restaurante Los Galayos (Botoneras, 5) –al lado de la Plaza Mayor– porque durante toda la semana próxima celebran sus primeras Jornadas de la Albóndiga duran hasta el próximo 23 de febrero y ofrecen variedades como las de trigueros con patatas violeta y alioli de cebollino (para que luego los veggies no me monten un aquelarre) o las de morcilla, perdiz o pollo en pepitoria. ¿Y de postre? Pues albóndigas de tarta de queso con frutos rojos y salsa de mango... ¡se han vuelto locos! ¡Bendita locura!

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