¿Qué perros de famosos cogerán el metro de Madrid?
Todos fantaseamos con la idea de toparnos alguna vez con un famoso, ¿por qué no hacerlo con sus canes? Hacemos una lista de los posibles candidatos. Se admiten apuestas
Hace unas horas nos enterábamos de la noticia: “Los perros podrán acceder, acompañados por sus dueños, a la red de metro madrileña”. En primer lugar, es estupendo que remarquen que sea en compañía de sus dueños, y no solos y despendolados. La segunda condición, apunta a que deben ir atados, con bozal, y en el último vagón. Dicho así, parece un encuentro más propio de las prácticas eróticas BDSM, pero hablando de canes, la cosa toma un tono mucho más amable. Para que entre en vigor esta norma quedan tres ó cuatro meses, porque, según Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, hay que cambiar el reglamento. En cualquier caso, este verano, podrá ser habitual ver perrillos en el metro salvo en horas punta, en las que, por cierto, no pintan nada y parece bastante lógico.
Todo esto ha generado albricias y alharacas entre muchos madrileños; y también un leve debate a cuenta de los gruñones de siempre, que ven pegas a todo. Rápidamente he hecho un repaso mental de mis allegados con perro, imaginando quiénes irán con él en el suburbano y quiénes no. Y cuando he terminado mi verificación, he decidido pensar en madrileños y residentes conocidos y someterlos a parecido juicio. Estas han sido mis humildes conclusiones.
Penélope Cruz
Es muy capaz de acercarse al “place called Alcobendas, where this was not a very realistic dream” (un lugar llamado Alcobendas, donde esto no sería un sueño muy realista que conseguir) con León, el perro que por cierto, no sé si aún vive.
Jorge Javier Vázquez
Hace poco aumentó la familia. Además de Cartago y Lima, ha adoptado otro galgo. Pero no tiene pinta de llevarlos en metro. No por elitismo, sino por pereza.
Blanca Suárez
Su perro Pistacho alcanzó altas cotas de fama cuando lo paseaba su ex, Miguel Angel Silvestre. Sospechamos que Pistacho le echa de menos y no le apetece ni coger el metro.
Dani Rovira
Con esa imagen de campechano que cultiva (y con lo bien que lleva las críticas), en el hipotético caso de que viajara en metro, llevaría a su mascota por toda la línea 3. ¿A que le pega?
Esperanza Aguirre
El Comité pro liberación de Pecas debería actuar de oficio, ya que el pobre animal vive privado de varios derechos fundamentales. Por ejemplo, a llevar un collar sin la bandera de España. Pecas tiene derecho a viajar en metro. ¡Pecas tiene derecho a una vida normal!
David Bisbal y Chenoa
Nosotros que somos clásicos y nostálgicos abogamos por la vuelta de Bisbal y Chenoa, recreando el comienzo de 101 Dálmatas a lo madrileño: nos encantaría que Nala, la Chow Chow de David Bisbal, persiguiera a Shirley, la perrita de Chenoa, hasta la estación de metro. Y allí… resurgiera el amor.
Fernando Tejero
Tiene un adorable Westie (Woody) que además fue un regalo de Dani Martín, de El Canto del Loco. Y sí, parece muy “llevadero” en el metro.
Pablo Iglesias
Le hemos visto posar con perros, aunque dudamos que sean suyos. Pero Pablo con tal de resultar cercano, es capaz de pedirlos prestados para ir de Pitis a La Peseta.
Tamara Falcó
¿El labrador de Tamara –Vanilla, no Vainilla- en el metro? ¡Siquiera plantear algo así es una auténtica vulgaridad, o sea!
Úrsula Corberó
Los perros y el metro no combinan con sus looks. Así que es un no.
Jordi Cruz
Imaginamos al perro de Cruz viviendo confortablemente bien, con una dieta exquisita y sin echar de menos transportes públicos… ¿Para qué?
Soraya
La diva platino adora a los animalitos, y su Bowie (no confundir con el hijo de Tania Llasera) al ser un perrete abandonado, seguro que viaja encantado en metro o en parapente, mientras sea junto a su adoptiva mamá.
Carlos Sobera
Hay una ley no escrita que dice que los señores presentadores y actores que arquean fenomenal la ceja no van con Bulldogs por el suburbano.
Andrés Velencoso
Rufus y Andrés viven un duelo en Instagram digno de Zoolander 3. Rufus, es el perro de Andrés y estamos convencidos de que su amo no lo bajaría al metro por nada del mundo para que no le haga sombra.
Carmen Thyssen
Ella que se ata a un árbol pidiendo el “No a la tala” es capaz de atravesar estación tras estación rodeada del populacho y su jauría de perros (todos recogidos de la calle, ojito). Ha llegado a tener 30, así que imaginamos un espectáculo inaudito.
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