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Revista Sábado
Columna
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El año del mono

Los Reyes no acudirán a los Goya. Que lástima, porque para la alfombra roja la verdad sería un momentazo ver cómo se reúnen en un mismo espacio-tiempo el estilo de nuestras tres reinas patrias: Penélope, Isabel y Letizia

Boris Izaguirre
Fotograma del vídeo promocional de El Corte Inglés.
Fotograma del vídeo promocional de El Corte Inglés.

Mi marido y yo cumplimos 10 años felizmente casados mañana. Y la fecha coincide con un segundo vídeo publicitario de El Corte Inglés para celebrar el Día de los Enamorados, protagonizado por una joven pareja gay masculina. Rubén me lo ha enviado por WhatsApp y es una monada. Además, así hemos contribuido a hacer más viral el anuncio pese a que mi marido no ve con tan buenos ojos que yo aproveche cada viaje a Madrid para pulirme la tarjeta en los grandes almacenes.

Claramente es un guiño a lo que han significado estos 10 años de matrimonio igualitario. ¡Cómo pasa el tiempo! Casi se nos olvida que el Partido Popular interpuso una demanda cuestionando la ley ante el Tribunal Constitucional, que luego retiraron como si nada, a vuelapluma. Y el año pasado acudió hasta el presidente Rajoy a la boda igualitaria de Javier Maroto con mucho alboroto. Pelillos a la mar. Con esa misma actitud, emplearan otros 10 años para conseguir lavarle la cara al partido en Valencia y hacernos olvidar que una vez fue la capital de la corrupción política. Y de los trajes y de los bolsos.

Lo que me hace feliz es que El Corte Inglés, siendo una de las empresas líder, promueve una idea que ha evolucionado como el país. Recuerdo los días en que acababa de mudarme a España y me daba cuenta de que poseer una tarjeta de crédito de esos almacenes era el no va más. Tuvieron que pasar casi 10 años para conseguirla, apareció adosada al pasaporte español y no antes. Lo mismo sucede en EE UU con las tarjetas de crédito de Bloomingdale’s o Saks Fifth Avenue. Obtenerlas significa que te has integrado, que eres tan americano como el hot dog o tan español como la tortilla o El Corte Inglés.

En los noventa, el sitio in para ligar con otros varones eran los pasillos de este supermercado. Incluso venía en la guía gay internacional Spartacus. En Madrid, por ejemplo, el más solicitado era el de Princesa y no por el nombre de la calle, sino porque sus pasillos eran los más complicados, no siempre lineales, y eso ofrecía espacio para el flirteo y ese coqueteo con la mirada mientras comprabas cereales y pan integral, predecesores del pan sin gluten que los chicos del anuncio actual parecen comer y sin necesidad de declararse celiacos. Agradecemos a El Corte Inglés su campaña y deseamos que el próximo San Valentín la acción se desplace desde la planta joven a las de caballero o señora.

Nuestro 10º aniversario coincide con el inicio del año del mono de fuego, algo que sucede cada 60 años. El último, en 1956, fue el de la consolidación de Elvis Presley en la cultura popular y, tachán, el del nacimiento de Eurovisión. Ojalá que este año los españoles consigamos pasar de la cola del mono a la cabeza en el concurso. Ser anfitriones de Eurovisión 2017 nos vendría muy bien. Los concursantes a presidentes de Gobierno podrían demostrar que la música, la tele y la cursilería los une más que sus monerías políticas. ¡Igual sería divertido que si ganamos este año sea con una canción en inglés! Que gusta a todos, sin sectarismo ni bloqueo institucional.

Será un año cool. Como llevamos tiempo bailando en incertidumbre, el año del mono intentará equilibrarlo todo pese a que lo de Valencia se parece más a un arroz caldoso que a una paella. No tengo problema en reconocer mi parentesco con el mono pero un poco sí en ponerme mono porque se ha vuelto muy complicado. Mañana es la entrega de los Goya numero 30, otro aniversario de aúpa, al que no acudirán los Reyes. Que lástima, porque para la alfombra roja la verdad sería un momentazo ver cómo se reúnen en un mismo espacio-tiempo el estilo de nuestras tres reinas patrias: Penélope, Isabel y Letizia.

Paradójicamente, el estilo es la única cosa que mejora con los años, porque puedes enderezarlo y aderezarlo para que refleje tu personalidad y no, como sucede de joven, para que representes tú la de otros. Por eso, en los Goya pocas han estado mejor vestidas que Ana Belén, acudiendo en plan académica, el año pasado. Sin preocupaciones, sin exageraciones, porque en su cabeza simplemente iba a unos premios. Seguramente esa será la misma lógica que empleará Preysler: la seguridad es tu mejor accesorio. Y solo puedes tener seguridad cuando has ensayado y te sabes bien el guion, si eres una buena actriz. Y comprendes que el estilo solo puede mejorar si dejas que los años y los monos no pasen en vano.

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