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Quiénes eran las mujeres lánguidas de Dante Gabriel Rossetti

Dante Gabriel Rossetti, 'The Dante´s Dream', 1871
Dante Gabriel Rossetti, 'The Dante´s Dream', 1871

El paso del tiempo tiende a ridiculizar el ideal estético y eso ocurre principalmente en el vestuario, donde la historia del traje nos muestra las diferentes siluetas que a lo largo de siglos se han adoptado mediante elementos transformadores. Pero el gusto estético va mucho más allá de los añadidos artificiales, como lo demuestra el constante cambio del ideal de belleza en las diferentes zonas geográficas, que llegan a conseguir deformar determinadas partes de su cuerpo, como es el caso de las mujeres jirafas de Birmania o de ciertas tribus africanas, para desproporcionar los labios o los lóbulos de las orejas; en Malasia se valora limar los dientes, los faraones del antiguo Egipto se alargaron el cráneo y en China se impide el desarrollo natural de los pies por medio de dolorosos vendajes.

Estos son sólo algunos llamativos ejemplos, pero hay muchos más y casi todos “impuestos” a mujeres. Por el contrario, es curioso que existen cánones de belleza femenina que aparecen ingrávidos en el tiempo porque parecen transmitir un trasfondo que les cambia de dimensión. Ese es el caso de las mujeres sumidas en la languidez que el poeta, ilustrador, traductor y ante todo pintor Dante Gabriel Rossetti retrató a mitad del siglo XIX y que, sorprendentemente, pese a la gran evolución que ha experimentado la mujer, siguen estando muy presentes, sobre todo en el mundo publicitario de hoy como ideal femenino.

Dante Gabriel Rossetti fue cofundador y una de las figuras principales de la Hermandad Prerrafaelista, grupo de pintores y críticos de arte que impulsaron una renovación del arte inglés partiendo de modelos medievales, del regreso al detallismo, la luz y el color de los pintores italianos y flamencos anteriores a Rafael. Su verdadero nombre era Gabriel Charles Dante Rossetti, hijo del poeta de origen italiano Gabriele Rossetti. Nació en Londres en 1828, se educó en el King's College y en la Real Academia de Bellas Artes de Londres, donde conoció a los pintores sir John Everett Millais y Holman Hunt, con quienes fundó la Hermandad Prerrafaelista.

John Everett Millais, 'Ophelia', 1851-1852

Toda la obra de Rossetti se caracteriza por su atracción a los temas dramáticos y sobrenaturales, donde la figura de alguna mujer forma la esencia de cada una de sus obras. Las primeras modelos fueron su madre y su hermana Cristina, pero fundamentalmente sus cuadros llevan la impronta de tres de sus modelos preferidas: la poeta Elizabeth Eleanor Siddal (Lizzy) con quien se casó; Jean Burner y Fanny Cornforth, tres historias fascinantes más allá de sus imágenes representadas. Mención aparte merece Marie Spartali Stillman, la pintora griega que compartió las inquietudes del movimiento prerrafaelista y que también aparece como modelo en algunas de sus obras.

Elizabeth Siddal en 1860

Eleanor Elizabeth Siddal (Lizzy)

Nació en 1829 en Londres. Es probable que su familia proviniera de la nobleza británica, aunque no era una familia adinerada. Aunque no se cree que acudiera a la escuela, desde muy niña mostró un gran interés por la poesía. Su estilizado físico y su peculiar rostro llamaron la atención del pintor Walter Howell Deverell en 1849 mientras trabajaba como sombrerera. Desde ese momento Lizzy se convirtió en una de las primeras modelos prerrafaelistas. Posando para el cuadro Ofelia, de John Everett Millais, inspirado en el personaje de Hamlet de Shakespeare, enfermó gravemente de neumonía. Desde entonces su delicada salud la volvió cada vez más vulnerable.

Rossetti: 'Beata Beatrix', 1864-1870

Siddal fue la principal imagen representada por Rossetti en su juventud y con quien se casó en 1860. Fue una relación marcada por las continuas infidelidades de Dante con sus modelos y por los exacerbados celos del pintor, que no soportaba que su esposa posase para otros. La pintó obsesivamente, llegando incluso a retratarla después de su muerte como Beata Beatrix como muestra de veneración.

La reiteración de su imagen en el movimiento Prerrafaelista ha dejado en segundo plano a la Elizabeth poeta, escritora y dibujante. A la edad de 33 años, después de haber dado a luz por segunda vez a un niño muerto, se suicidó tomando una dosis elevada de láudano, al que se había hecho adicta.

De su producción literaria existen libros con sus versos publicados, que contienen poemas con títulos tan atormentados como Agotada, Al final, Amor Muerto o Muerte Prematura. De su actividad plástica se sabe que a su muerte el crítico de arte John Ruskin compró todos sus dibujos.

Fanny Cornforth en 1863

Fanny Cornforth

Se cree que su verdadero nombre fue Sarah Cox. Nació en 1828 en Steyning, West Sussex, procedente de una familia de la clase rural más baja de la sociedad. Creció en el londinense barrio del Soho, que por las noches era muy transitado por hombres jóvenes que fácilmente podían encontrar varios salones de placer. Sarah era una chica humilde y sin educación, que se ganaba la vida como prostituta. Conoció a Rossetti paseando por los jardines de Surrey mientras tiraba las cáscaras de las nueces que iba comiendo en dirección al pintor como acto de provocación. Este reaccionó acercándose a ella y proponiéndole posar como modelo para un cuadro.

El artista, que siempre se afanó en representar mujeres etéreas y soñadoras, quedó prendado de Fanny, de su encrespada melena cobriza, de sus curvas generosas y sus ojos verdes, de su acento ordinario, de sus modales groseros y de su falta de educación. Para la moral victoriana, la prostitución era una plaga muy peligrosa que había que erradicar, al igual que la infidelidad femenina o el sexo fuera del matrimonio.

Rossetti, 'Boca Baciata', 1859

Mientras mantuvo una relación con Rossetti se casó con el mecánico Timoty Hughes, pero la relación no duró mucho tiempo. A la muerte de Eleanor Elizabeth Siddal se trasladó a la casa del pintor ejerciendo durante un tiempo como ama de llaves. Como pago de sus servicios Rossetti le entregó varias de sus pinturas con las que pudo abrir una galería de arte. A la muerte del pintor en 1883 fue visitada por el coleccionista Samuel Bancroft que adquirió algunas de sus pinturas y otros objetos de interés de Rossetti y que actualmente se encuentran en el Museo de Arte de Delaware. Debido a su falta de formación en la administración de su patrimonio y por la interferencia de familiares, Fanny murió en extrema pobreza.

Jane Burden en 1865

Jane Burden (Jane Morris por matrimonio)

Nació en Oxford en 1839 en el seno de una familia de agricultores, con la pobreza que la época imponía a las gentes del campo. La situación mejoró en el momento en que su padre consiguió trabajó como mozo de cuadra, pero las penalidades familiares siguieron cuando su hermana mayor murió de tuberculosis. Apenas se conocen otros datos de su infancia. Únicamente que, sin apenas educación, Jane Burden comenzó a trabajar como limpiadora. A los dieciocho años coincidió en un espectáculo con los artistas Dante Gabriel Rossetti y Edward Burne-Jones. Rossetti, impactado por su extraña imagen, le propuso ser su modelo y la vida de Jane tomó un rumbo diferente. Debido a su aspecto de zíngara se convirtió en la requerida modelo del grupo prerrafaelista que la hambruna y la miseria habían moldeado.

Rossetti: 'Silence', 1870

Transgrediendo las convenciones sociales se casó con el también pintor, ilustrador y decorador William Morris para el que posó para su único óleo que a día de hoy se conserva, La Bella Isolda (Tate Gallery). Dada la desahogada situación de Morris, desde su compromiso recibió una esmerada educación privada. Su enorme inteligencia y su esfuerzo le permitieron desarrollarse personalmente. Fue una lectora voraz y llegó a aprender con fluidez francés y más tarde italiano. Su formación musical también le llevó a consagrarse como una gran pianista. Poseedora de un vocabulario exquisito, se adaptó con una asombrosa facilidad a los círculos intelectuales.

Su relación con Rossetti fue más allá de lo físico y parece documentado que la vida de Jane sirvió de inspiración para el personaje de Elisa de la obra de Bernard Shaw Pigmalión.

Marie Spartali fotografiada por Julia Margaret Cameron en 1867

Marie Spartali (Marie Spartali Stillman por matrimonio)

Marie Eufrosina Spartali nació en Londres en 1844. Fue la hija mayor de un rico comerciante poseedor de una gran casa con un gran jardín ensoñador famoso en la sociedad de la época por sus fantásticas vistas y porque en él la familia acostumbraba a celebrar fiestas. La alta sociedad inglesa rápidamente se hizo eco de la impresionante personalidad de Marie, que por su parte procuró cultivar su imagen: toda su vida vistió con desenvoltura inquietantes prendas de color negro y capuchas de encaje que, unido a su 1,90 de estatura, le aportaban un cierto carácter misterioso. Criada en un ambiente intelectual, desde muy joven se relacionó con jóvenes escritores y artistas entre los que se encontraban Dante Gabriel Rossetti, Edward Burne-Jones y Whistler, con los que inició su formación artística.

Rossetti: 'Marie Spartali', 1868

Marie destacó en el grupo de la Hermandad Prerrafaelita donde desarrolló más de cien obras que expuso en galerías del Reino Unido y de Estados Unidos, obras de indudable calidad pero que nunca obtuvieron el reconocimiento de sus compañeros masculinos.

En 1871, posando para Rossetti conoció al periodista y pintor estadounidense William J. Stillman, con el que se casó. Debido al trabajo de Stillman como corresponsal, la pareja alternó su vida entre Londres, Florencia y Roma. Por todo ello, Marie fue la única representación de la Hermandad que trabajó en Estados Unidos.

Comentarios

Un artículo muy interesante. Qué pena que la deriva política de El País esté haciendo que muchos nos perdamos aportaciones como esta.
En la vida ha habido muchos cánones de belleza que han impuesto los hombres; anteriormente como ahora con la fotografía o la publicidad, se impusieron las mujeres de grandes curvas, rollizas e incluso, diría yo, celulíticas, y ese era el canon de belleza de la época, posteriormente, como titula el blog, las mujeres eran esbeltas, frágiles, con aire misterioso o triste, ese fue otro canon de belleza, que en cierto modo impusieron los hombres, sin embargo, es muchas veces la mujer la que no dá importancia a esas cosas y se arregla por si misma , de la forma en la que ella se encuentra más cómoda y se autogusta; pero es verdad que verdad que la mujer , creo que por motivos antropológicos, procura , aún a su estilo, gustar al otro.
Toda imposición resulta intolerable. Las deformaciones del cuerpo citadas aquí son aberraciones que manipulan a las mujeres como objetos, y se establecen en las diferentes culturas.En cuanto a las pinturas de Dante creo que son un deseo romántico que el artista guardaba en su interior, y lo plasmaba con complacencia.

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