_
_
_
_
CLAVES
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

A por Sánchez

Rajoy, oliendo la sangre, ha decidido dejar pasar al gladiador Sánchez, que se apresta a batirse

Para entender la motivación del sorpresivo anuncio realizado ayer por Pablo Iglesias, que deja fuera de juego a Pedro Sánchez, basta recuperar la entrevista concedida por Iglesias a la revista New Left Reviewen mayo del año pasado. Preguntado sobre el PSOE, Iglesias explica a su interlocutor que dicho partido tiene dentro de sí dos corrientes diferenciadas: una primera, que denomina como de “régimen”, cuya prioridad es detener a Podemos, para lo que estaría dispuesto a gobernar en gran coalición con el PP y Ciudadanos; y una segunda, partidista y más de izquierdas que, consciente de que una gran coalición significaría la implosión del partido, concedería a Podemos el espacio y la legitimidad en el que crecer políticamente. A este análisis, sin duda certero a la vista de lo ocurrido, Iglesias sumaba una inquietante respuesta sobre el papel que él veía que Podemos debía jugar frente a esas divisiones internas. “Podemos”, anunciaba Iglesias, “explotaría las contradicciones del PSOE”.

Nada explica mejor el paso dado ayer por Podemos que el deseo de terminar con un PSOE muy debilitado y con un líder sin margen de maniobra debido a sus pésimos resultados electorales. Para que España fuera como Portugal, el PSOE debería triplicar en tamaño a Podemos, estar cohesionado internamente y mostrar estabilidad en las perspectivas electorales. Pero el PSOE tiene demasiados pocos votos para cabalgar sobre un Podemos ensoberbecido, está dividido internamente y sus perspectivas electorales son malas. Consciente de ello, Iglesias y los suyos han tirado del guión de su serie favorita, Juego de Tronos, y han empujado al PSOE y a Sánchez al precipicio. Porque el anuncio de Iglesias y su humillante escenificación (sin comunicarse previamente con el PSOE) están maquiavélicamente diseñados para lograr el efecto contrario al anunciado: hacer imposible un gobierno PSOE-Podemos. El objetivo de Podemos no es gobernar con el PSOE, como en Portugal, sino destruirlo y reemplazarlo, como Syriza hizo con el PASOK. Sánchez debería pues olvidarse de Lisboa y a cambio mirar a Atenas. Rajoy, oliendo la sangre, ha decidido dejar pasar al gladiador Sánchez, que se apresta a batirse ¿consciente? de que su única victoria posible es ser derrotado con honor. @jitorreblanca

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_