Drew Barrymore quiere ser una empresaria internacional
La actriz busca expandir su marca de cosméticos Flower Beauty más allá de la cadena Walmart
Drew Barrymore lo dice con la cabeza bien alta. La relación con Walmart ha sido fantástica. Y es que la asociación que tiene con la mayor cadena comercial del mundo fue fundamental para que su marca de fragancias y cosméticos Flower Beauty pudiera abrirse camino. Pero la estrella de Hollywood tiene planes más ambiciosos. Quiere llevar su producto al mercado internacional y para eso necesita romper la exclusividad con la compañía de la familia Walton.
La actriz, a sus 40 años, está reforzando así su faceta de empresaria, como está haciendo también su colega de profesión Jessica Alba con su marca de productos para el cuidado personal y el hogar, The Honest Company. Mientras que la protagonista de Los cuatro fantásticos le pone la etiqueta a su marca de “sostenible”, la amiga de E.T. ofrece sus cosméticos como “asequibles” y por eso la alianza con la cadena de descuento encajaba como un guante al inicio.
Su estrategia comercial es simple. En lugar de dedicar el grueso de dinero a campañas de promoción como hacen otras marcas de belleza, para lograr reducir los precios en un producto premium dedica ese dinero a desarrollar las fórmulas y a la presentación. Flower está disponible en 2.500 hipermercados de Walmart, más de la mitad de los que operan en Estados Unidos. Ni la actriz ni la cadena dan datos de ventas en términos de volumen o de facturación.
El contrato exclusivo se firmó hace tres años y el año pasado también empezó a vender del brazo de Walmart su propia colección de gafas, que podría completar con una línea de ropa. “Esto es un negocio, no una amistad. Ellos nos tirarán como una patata si la marca no va bien”, señalaba ella. Ahora Barrymore está negociando con otras grandes cadenas minoristas para vender sus cosméticos en mercados como China, Australia, Reino Unido y en algunos países de América Latina.
Barrymore quiere así realzar la belleza interna de la mujer. “La felicidad es el mejor cosmético”, afirma. Y tiene claro que el hecho de ser una celebridad puede ser un arma de doble filo. Por eso no quiere arriesgarse a utilizar su imagen ni su nombre en la marca. Es una estrategia similar de distanciamiento a la que sigue Alba. Eso no quita que estén encima del negocio para gestionarlo y darle visibilidad.
La también directora, autora y madre de dos hijos quiere controlar así el ritmo con el que va creciendo la compañía, aunque busca que avance con la rapidez necesaria para que no venga un competidor. Drew Barrymore participó el pasado lunes en el foro de ejecutivos organizado por el fondo de inversión Financo, ante decenas de ejecutivos del mundo de la moda. El evento lo moderó Arie Kopelman, su suegro y antiguo ejecutivo de la compañía Chanel.
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