Subjetivamente
Se lleva ser candidato, no se lleva la deportiva con cuña y mucho menos, es decir, nada, la lista de los más elegantes
SE LLEVA. Ser candidato
Nunca en España, desde la Transición, hemos tenido una brocheta de candidatos con perfiles curriculares tan completos. Si los electores tuviéramos en el móvil un Tinder de presidenciables —con esos perfiles en los que uno destaca lo mejor— podríamos hacer swap entre Mariano (60), dilatada experiencia, madridista, barba cana y cabello oscuro; Pedro (43), aspirante guapetón, Estudiantes y curso del IESE; Albert (36), aspirante catalán, waterpolo, ESADE, y Pablo (37), aspirante con coleta, excelentes calificaciones, Cambridge, Bruselas y 4 idiomas.
Por pedir, solo nos hubiera faltado… una candidata. Wait, ¿Soraya?
NO SE LLEVA. La deportiva con cuña
Por mucho que se empeñen Marc Jacobs e Isabel Marant, la deportiva con cuña es una horterada. Las que vivimos los ochenta con la hombrera cosida al tirante del sujetador recordamos con escalofríos aquel momento Kelme con su cuña de caucho blanco y el calcetín de rayas.
Amigas que atesoráis en vuestros armarios y vuestros piecezuelos deportiva con cuña, mi (buena) opinión sobre vosotras no va a cambiar porque os hayan hecho tragar el cuento de la sneaker con tacón. Pero no, queridas. O a Rolex, o a setas. Zapatillas o stilettos. Hay que elegir.
NO SE LLEVA (PERO NADA). Las listas de los más elegantes
¿Ele-whaaat? En materia de elegancia y personajes vip cualquier tiempo pasado fue mejor. Y parafraseando a Coco Chanel: “Siempre es mejor estar un poco menos elegante”.
En las listas típicas de estas fechas se confunde eso que se llamaba “ir muy arreglada” con el estilo. España es una estación de paso en el mapa de la elegancia a medio camino entre Miami y París. Descalificada Carolina por pasota —aunque con sus arrugas sin tunear siga siendo la mejor— de nuestras bodas, bautizos y comuniones a los Estados Unidos de las Kardashian, esto es un erial, amigas.
Terminemos con Coco. Tenía una teoría para ese momento justo antes de salir de casa: “Quítate algo”. Aquí, la que lo peta es la teoría de Sara Montiel: “Todavía me cabe alguna cosita más”.
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