Ricos para siempre
La nueva hornada de billonarios de Silicon Valley está echando los dividendos en los programas 'antiaging'
Nadie me hacía caso y yo, lo veía venir. Como cuando nos enteramos de que los reyes son los padres (Sofía, Leonor, en vuestro caso, pasad del tema), y es algo que, si lo piensan bien, cae por su propio peso. Lo acabo de leer en The Daily Beast: estamos a punto de cruzar la última frontera: la de la inmortalidad. Y todo gracias a los millones de Internet.
¿Qué más puede desear un billonario, por muy filántropo que sea? ¿O un sátrapa, de los que son próceres en sus tierras pero se corren tamañas juergas en Ibiza? ¿Islas privadas, su nombre en los frontispicios, más jets, una segunda, tercera, cuarta, quinta mujer? Noooooo. Hacen chas y los jets aparecen a su lado. Lo que quieren es todo, por supuesto, y en abundancia, pero, y aquí radica la diferencia, durante más tiempo.
¡Ay, amigos! Desgraciadamente, incluso para los todopoderosos, life is short. Usted y yo, seguro, pero los reyes del mambo también saben que tarde o temprano, esto se acaba. Te bombardean las democracias occidentales, o te coge un cáncer de los que no te salva ni la clínica Mayo. A nosotros, además, nos puede atropellar un autobús.
El primero en intentarlo fue Walt Disney, que habrá que ver cómo sale del congelador. La nueva hornada de billonarios de Silicon Valley está echando los dividendos en los programas antiaging para vivir más y mejor.
Larry, Sergey, tengo una pregunta: ¿Y si lo conseguís? ¿Esto es solo para vosotros o lo cubrirá la Seguridad Social? Y si la respuesta es afirmativa…¿dónde nos vamos a meter?
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